No todo está escrito

19 de Abril de 2024

Luis M Cruz
Luis M Cruz

No todo está escrito

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1.

En menos de ocho semanas tendrán lugar las elecciones presidenciales en los Estados Unidos, cuando el 3 de noviembre próximo se elijan, además, la totalidad de la Cámara de Representantes, 34 Senadores (poco más de un tercio) y más de una decena de gubernaturas. Se trata prácticamente de elecciones generales, donde el nivel de encono prevaleciente en la sociedad norteamericana,

el promedio de encuestas proyectado por FiveThirtyEigth (Nate Silver) pareciera perfilar

la derrota del actual titular de la Casa Blanca y con él, del Partido Republicano en el Congreso. Sin embargo, no todo está escrito en esa historia. Lo trivial es que si los votantes demócratas no salen a votar, pues sencillamente no podrán ganar; también, si lo hacen divididos al estar no muy emocionados por la relativa calma de la fórmula Biden-Harris.

2.

Al respecto, el documentalista Michael Moore (Masacre en Columbine, Farenheit 9/11) alerta y advierte un escenario que podría estarse configurando para la reelección del Presidente Donald Trump, sobre todo porque sin importar qué tanto se despegue el voto popular, lo que realmente cuenta son los votos electorales, esos que se distribuyen estado por estado a quien obtiene la mayoría simple en cada entidad. De ahí que podría repetirse la historia de 2016, cuando Hillary Clinton ganó el voto popular pero perdió en el Colegio Electoral al obtener Trump, así fuera por reducido margen, los votos electorales de estados clave como Pennsylvania, Florida, Ohio y Wisconsin, por ejemplo.

3.

Moore advierte, además, otro aspecto fundamental, que es el nivel de entusiasmo observable en cada campo electoral. En el territorio republicano, la base dura de los conservadores se muestra más, mucho más activa y organizada que los demócratas y sus aliados, los votantes que difieren de Trump pero no del todo comulgan con Biden; son votantes medianos que podrían rechazar a Trump pero no necesariamente votar por Biden, no yendo a votar, por ejemplo. De hecho, advierten otros analistas, la contienda presidencial es sobre Trump, no sobre si Biden deslumbra y convence. La gente votaría contra Trump, pero les falta entusiasmarse para votar por el demócrata.

4.

Un punto adicional a tener en cuenta es, por supuesto, la pandemia y lo que significa para motivar a la gente a salir a votar. La ácida polémica sobre el voto por correo, que en esa ocasión podría ser mayor al 30% del total, revela qué tanto puede manipularse o inhibirse la votación. Desde la Presidencia, haciendo uso de facultades ejecutivas, Trump ha minado el presupuesto de la oficina postal, de por sí deteriorada por el auge de los correos y mensajes electrónicos. Paradójicamente, lo que podría haber sido la solución, el voto electrónico, resulta mucho menos confiable dada la costumbre de manipulación e injerencia que han mostrado potencias extranjeras, las cuales, como Rusia, estuvieron intervxiniendo en las elecciones del 2016 y ahora, además, China estaría interfiriendo en las campañas. De ahí que el voto electrónico no haya sido habilitado a tiempo para permitir a los electores votar desde sus casas con seguridad y certeza.

5.

Lo que Moore señala es que el 70% de los votantes republicanos se muestra dispuesto a votar por Trump, en tanto que sólo 40% de los demócratas dicen lo mismo sobre Biden. Podrían estarse dejando de lado algunas cuestiones que no miden los sondeos, como el efecto del “votante blanco enojado”, la defensa de los empleos, la reducción de impuestos reiterada por Trump, en tanto que Biden se ve tímido con la plataforma demócrata radical para motivar a los afroamericanos, latinos y mujeres con propuestas como educación superior gratuita, cancelación de créditos estudiantiles o acceso universal a las guarderías, entre otras. Es decir, o se ponen las pilas los demócratas o Trump los puede volver a sorprender.