Apreciando el vino blanco

29 de Abril de 2024

Ana Saldaña

Apreciando el vino blanco

Recientemente platicaba con amigos sobre lo delicioso que resulta tomar una copa de vino blanco en esta época de calor. No solo es maridaje ideal para todo tipo de mariscos, sino que además es una bebida muy refrescante que ofrece una amplia gama de aromas y texturas.

Sin embargo, parecería que el vino blanco aún tiene que ganar más espacio entre los consumidores, sobre cuando del mercado masculino se trata. Por mucho tiempo, este vino ha estado vinculado con el consumo de mujeres. ¿Quién no ha escuchado en algún momento a una amiga pedir una copita de vino blanco, dulcecito, porque es mucho más ligero y no es tan alcohólico? Es más, ¿no dice el dicho popular que “el mejor vino blanco es el tinto”?

Según datos del Consejo Mexicano Vitivinícola, en México en el 2018 consumimos 964 mililitros de vino per cápita. De cada 10 botellas que se venden 7 son de vino tinto. Es evidente que para muchos amantes del vino, ni siquiera es opción tomar un vino blanco.

Yo estoy convencida que el mejor vino, es el que te gusta. Sin embargo, también opino que para saber cuál es el que te gusta, tienes que probar de todo. Uno de los grandes placeres que ofrece el mundo del vino, es que para aprender hay que probar y probar.

¿Pero cuál es la principal diferencia entre un vino blanco y el tinto? Desde su elaboración, el vino blanco es producto de la fermentación alcohólica de la pulpa incolora de las uvas, que pueden tener piel blanca o negra. El vino tinto es elaborado además de con la pulpa, con la piel, en donde se concentra la mayor parte del pigmento que le da su color rojizo al vino tinto. Los taninos también se encuentran en las pieles (además de las semillas, tallos, así como las barricas de madera) y se transfieren al vino al entrar las pieles en contacto con el jugo de la uva. Por lo mismo, además de ser diferentes en cuanto a su color, la principal diferencia entre el vino blanco y el tinto está en estos taninos que se encuentran en una mayor concentración en los vinos tintos. Los taninos además de ofrecer una sensación seca y astringente en boca, ayudan a conservar el vino, lo cual hace que casi todo (aunque no todo) el vino tinto se pueda añejar más que el vino blanco.

En cuanto al beneficio de tomar un vino sobre otro, el vino blanco en general tiene menos calorías que el vino tinto. Sin embargo varia el contenido calórico dependiendo del varietal, ya que por ejemplo, los vinos dulces como el Riesling tienen más azúcar y por lo mismo más calorías. Además, han encontrado que cuando uno bebe vino blanco, es menos probable que ocasione dolores de cabeza, especialmente migrañas. Hoy en día todavía se están estudiando los factores específicos que ocasionan los dolores de cabeza, sin embargo en distintos estudios han encontrado una correlación entre beber vino tinto y migrañas, muchos, pensando que podrían ser los taninos, los responsables. Sin embargo, más allá del beneficio, el vino blanco ofrece una amplia gama de aromas que van desde los frescos y cítricos, a los mantequillosos llenos de frutas como durazno y miel. Los hay de cuerpo ligero y los más complejos y corpulentos. Además, hay algunos que son elaborados y añejados con madera, así como los que no la incluyen. Dependiendo de la uva y su proceso de vinificación, como consumidores tenemos una variedad infinita de vinos para probar.

Por los mismo, la próxima vez que vayas a comer pescado o mariscos, ¿porque no en lugar de pedir un vino tinto, experimentas y pides un vino blanco? Entre mis favoritos para acompañar ceviches, así como preparaciones frescas, están los vinos elaborados con uvas Sauvignon Blanc o Albariño, que tienen una muy buena acidez. Me encanta maridar la langosta preparada al vapor con mantequilla con un Chardonnay con barrica, que tiene un poco más de cuerpo y además es más frutal. Para comida tailandesa, china e hindú, no hay nada como un Gewurztraminer o un Riesling, que con sus notas dulces y florales ofrecen un acompañamiento perfecto para este tipo de comida. ¡Hay cientos de combinaciones y opciones para acompañar una comida con vino blanco!

Así que, para quien diga que el tomar vino blanco es femenino o que es aburrido y que no tiene gran chiste, no sabe lo que se está perdiendo. Aventurarnos en este tipo de vino, nos abre un gran abanico de aromas y texturas, que sin duda, si uno se considera un buen bebedor de vino, tiene que por lo menos probar.

Espero que tengas un fabuloso día y recuerda, ¡hay que buscar el sabor de la vida!