Justo el otro día platicaba con mi mamá mientras pensábamos cómo festejar a mi papá en su día y comentábamos como a lo largo de los años le hemos regalado un sin fin de corbatas, suéteres y gadgets diversos, muchos de ellos ya perdidos en el olvido. Sin embargo, las dos estuvimos de acuerdo, que luego más que las cosas materiales, lo que aún permanece en nuestra memoria y corazones son esos momentos que se van en un abrir y cerrar de ojos. Son esas experiencias irrepetibles que compartimos juntos. Para muchos puede ser una salida especial a un restaurante, o un viaje familiar, para mí, son esos momentos sentados alrededor de la mesa en el que puedo prepararle lo que se le antoje, consentirlo, verlo sonreír, disfrutar de la familia y también agradecer lo afortunada que soy por tenerlo en mi vida y que me haya tocado una persona tan fabulosa como papá.
Como bien dicen, regale afecto, no lo compre y yo agregaría, mejor cocínale su platillo favorito.
Uno de los métodos de cocción que me encanta es preparar alimentos en costras de sal. Al usar este método, la superficie de la comida se deshidrata para concentrar sus sabores mientras que en su interior se sella la humedad que normalmente se perdería en el proceso de cocción, para dejar un producto final increíblemente hidratado, suave y aromático. Normalmente, se recomienda utilizar para este proceso la sal gris, que dentro de sus cristales concentra 13% de humedad lo cual hace que naturalmente se forme la costa. Sin embargo, utilizar esta sal, hace que el platillo sea carísimo y además difícil de preparar solo por el tema de la sal. Por lo mismo, si usamos una sal normal de grano de mar, esta contiene menos humedad, por lo que normalmente sugiero utilizar un pequeño truco. Sobre todo los italianos, utilizan las claras del huevo para ayudar a formar esta costra de sal. Normalmente la relación de sal a claras de huevo es por cada taza de sal que usas, le agregas 2 claras de huevo.
Para papá y ahora que estamos en pleno verano, recomiendo preparar un pescado a la sal en casa ya que no es tan difícil de hacer. Lo más importante es que el pescado esté fresquísimo. Idealmente, se recomienda el pámpano, aunque cualquier pescado blanco funciona. Justo el fin de semana pasado preparé un esmedregal que resultó delicioso. Te comparto mi receta:
Pescado a la Sal (4 pax) 1 pámpano súper fresco de aprox. 1 kg (limpio sin agallas ni vísceras) 2 tazas de sal gruesa 4 claras de huevo Pimienta en grano Hinojo Limón Aceite de Oliva
Calienta el horno a 230 grados Celsius (450 Fahrenheit). Bate las claras de huevo hasta que se formen picos suaves e incorpora suavemente la sal gruesa, cuidando que no le saques el aire. Cubre el platón con una capa de sal y luego pon el pescado. En la cavidad interior del pescado añade el hinojo, así como la pimienta. Cubre el pescado con la sal restante hasta que esté totalmente cubierto. Hornea el pescado aproximadamente de 25 a 30 minutos. Llévalo a la mesa y con la ayuda de un cuchillo o martillo rompe la costra y remueve la sal, dejando el pescado lo más limpio posible. Filetea el pescado. Acompaña el pescado con un buen aceite de oliva y unos limones.
Espero que este Día del Padre, encuentres la manera especial de festejar a Papá y que te inspires para crear el ambiente propicio para tener esos momentos memorables que no desaparecen y que sin lugar a duda le dirán a tu papá lo mucho que lo quieres y lo especial que es.
A todos los papás, ¡Feliz Día del Padre! Espero que tengan un fin de semana fabuloso y recuerda; ¡hay que buscar el sabor de la vida!