Ojo en el punto: un militar humillado

18 de Abril de 2024

J. S Zolliker
J. S Zolliker

Ojo en el punto: un militar humillado

js zolliker

Existimos para la defensa del territorio nacional y para garantizar la seguridad interior del país, así que pueden creerme cuando afirmo que el actual gobierno, nos está dirigiendo irremediablemente al desastre. Razones me sobran para estar molesto, pues nos han doblegado ante la actividad criminal. Estamos en un momento tan crítico de nuestra historia, que pareciera que, a propósito, han decidido subirnos atados de manos, vendados de un ojo, a pelear con un peso pesado en su propio ring. ¿Si entienden el por qué estoy tan encabronado?

Uniformados, éramos sujetos de respeto, admiración y cariño en cualquier lugar del país donde nos paráramos, pero ahora, nos humillan con videos en la web. No podemos, por órdenes superiores, defendernos de bandas delictivas que nos agreden y tenemos que huir como si nos persiguiera un avezado cazador y nosotros fuésemos apenas un pequeño venado o un chillante jabalí.

Antes, auxiliábamos en obras de magna importancia o en desastres naturales y ahora, nos tienen haciendo labores de policías, de vigilantes migratorios, mercachifles aduaneros, barrenderos de obra y hasta de centinelas de combustible. ¡Servimos para más que solo obedecer! ¡Existimos para el orden y la protección común! ¡Somos una institución muy digna que debiera estar realizando otro trabajo!

Importa mucho que continuemos siendo honestados por el pueblo y no como meros disciplinados adscritos de un hombre y su terquedad. No por andar recibiendo millones las cúpulas, la institución se hace más fuerte. Por eso, nuestro deber está en proteger al pueblo desamparado, a la gente indefensa. Otros, se sienten valientes mientras nos pisotean, solo porque se paran detrás de un pódium. Repartir apoyos entre la gente necesitada para que no se enganchen con el crimen organizado, es una pendejada que nada tiene de política liberal. Me disculpan el lenguaje, pero nada más claro que lo seco.

Se sabe en cada ranchería y en cada rincón del territorio, que estamos obligados a poner el otro cachete ante los malhechores que nos tiran un golpe. Otros gobernantes, habrían cuidado con completo esmero, el capital humano y el renombre de la más confiable y apreciada de sus instituciones. Izquierdistas de verdad, no andarían sometiéndonos con tal futilidad. Imagino que comprenden que, si la gente nos toma tirria por no defenderles, nos espera a todos la muerte. Al menos tráguense esa sinceridad con su caro coñac. Lo digo con arrojo, de frente, respetando sus jerarquías, pero no su falta de ética y de valor.

Por piedad, entiendan que solo ustedes desde el alto mando, sin contravenir nuestra disciplina, le pueden poner un hasta aquí. Obviamente, de la tropa siempre obtendrán apoyo y no un ultimátum. Rápidamente, se puede corregir el rumbo, no con machetazos sino con bisturí. Mirar hacia el otro lado, no pacificará la nación. Orar, no sirve como estrategia. Reconstruir, no se logra sin una estrategia integral. Estadios de baseball solos, no nos pacifican ni son táctica suficiente. Nadie que no sea un beneficiado de élite en esta administración, puede presumir de avances ni logros. Antes, al menos disimulaban que respetaban la ley y les importaba combatir la impunidad. Hoy, en cambio, nos gobiernan con ocurrencias ilegales y que como gremio, nos tienen humillados y llenos, gordos y tranquilos. Que quede muy claro: aunque soy tan solo un humilde sargento y mi deber es la disciplina, no seré nunca de esos cómplices que tragan el salario del silencio.

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