Llevas a tu abuelo/amigo/madre/compadre/hijo a urgencias porque tiene problemas respiratorios. Sabes que la situación es crítica. En todo el mundo está muriendo mucha gente por la reciente pandemia, lo que podría ser el colapso de los sistemas de salud. No sabes si volverás a verle. No sabes si saldrá y podrás abrazarle o si te entregarán en cambio, solamente una urna con sus cenizas o un acta de defunción como en otros países. Sin embargo, procuras mantenerte la mente positiva. Sabes que si en algún momento de la historia de la humanidad habría oportunidad de librar este reto tan serio, es justo ahora, en el siglo XXI, en el año 2020 cuando existe buenas herramientas de comunicación entre individuos y naciones, y en especial, sobresalientes tecnologías y sistemas informáticos.
Hoy en día, gracias al internet y a dichos sistemas, se pueden hacer levantamientos estadísticos enormes, así como procesar una gran cantidad de información y realizar análisis muy detallados de todo tipo de datos (por ejemplo, el rastreo del origen y modelo de futuros contagios, hasta descifrar el genoma del #Covid–19, etc.), lo que hace más eficiente el combate. Dices combate, porque no te queda ninguna duda que estamos viviendo una guerra contra la muerte y el caos.
Cuando tu abuela/amiga/padre/comadre/hija cruza la puerta de urgencias, ya lleva un medio de identificación el cual está “ligado” con un sistema de expediente electrónico donde se constata desde su fecha de nacimiento, hasta el número de su seguridad social y/o póliza de gastos médicos, al igual que el de todos los otros cientos de miles de pacientes que están siendo atendidos al mismo tiempo.
Asimismo, gracias a ese sistema electrónico, hay un registro de cada paciente que incluye su edad, su sexo, sus antecedentes heredofamiliares, sus patologías y enfermedades crónicas como la diabetes e hipertensión. Además, se sabe por esa información siempre disponible en un monitor cercano, si esa persona padece alergias a algunos medicamentos, todo lo que le han recetado durante su hospitalización, su tipo de sangre en caso de requerir una transfusión, sus exámenes de laboratorio, la evolución que ha presentado, y muchas cosas más, de tal forma en que si el médico a cargo cambia de turno, el entrante tenga a la mano, toda la información que requiere para hacer su trabajo de forma rápida y eficiente.
Y esos sistemas nos permiten también que en casos de emergencias como pandemias o desastres naturales, se puedan atender al mayor número de personas posible con la menor cantidad de gente disponible: quizás una centena de pacientes casi de forma simultánea con el apoyo de un par de doctores, personal enfermería y voluntarios, quienes aplicarán las instrucciones y medicamentos indicados, con un estricto control centralizado.
Lo que no sabes es que hay una nueva, última amenaza: un software dañino llamado “netwalker”, que infecta al sistema operativo de hospitales y que bloquea el uso de sus computadoras y datos, y exige para volver a su uso normal, un rescate económico pagado a hackers, en bitcoins (moneda electrónica no rastreable).
Estamos en peligro por este otro, nuevo virus, que tiene en vilo al mundo entero, pues está chantajeando con información vital y en momento de gran emergencia, a los sistemas de salud del planeta. Bienvenidos seamos de lleno al siglo XXI.