Desigualdad y egoísmo

27 de Abril de 2024

Enrique Del Val
Enrique Del Val

Desigualdad y egoísmo

enrique del val

En un magnífico artículo del Sr. Pierre-Antoine Delhommais, escrito la semana pasada en la revista francesa Le Point, hay una frase que ejemplifica y marca lo que está pasando en la actualidad en el mundo: “una variante de la Covid-19 altamente contagiosa económicamente mortífera se está propagando en Estados Unidos y Europa: el proteccionismo.”

Indica que hay muchas medidas buenas del presidente Biden, pero que se están tomado otras que son contrarias a la política de buena vecindad. Por ejemplo, entre las acciones que se pretenden llevar a cabo, está la de revivir el famoso Buy American Act, mediante el cual las dependencias públicas de ese país sólo podrán comprar artículos hechos en Estados Unidos. Según la secretaria de Comercio de ese país se trata de parar la política comercial de China, pero en el camino, agrego yo, afectarán a muchos países, incluyendo el nuestro.

El mejor ejemplo de lo que está ocurriendo en el mundo real, tanto en lo social como en lo económico, lo tenemos en el aprovisionamiento de las vacunas, en donde vemos que, a pesar de las protestas de casi todo el mundo, se sigue la lógica del sistema económico imperante, es decir, quien tiene más dinero tiene más vacunas.

El Secretario General de la Organización Mundial de la Salud lo ha expresado claramente al insistir en que se está “al borde de un fracaso moral catastrófico si no se garantizaba el acceso equitativo a las vacunas. Dos estudios nos demuestran que será además un fracaso económico.”

La Fundación de Investigación de la Cámara de Comercio Internacional ha mencionado que la economía mundial perderá entre 1.24 y 7.6 billones de euros si los gobiernos fallan en garantizar a los países pobres el acceso a las vacunas contra la Covid-19 y terminan señalando que “es el precio del nacionalismo inmunitario”.

Y el problema se agrava para muchas regiones del mundo, como la nuestra. Servidores públicos de cuatro organizaciones internacionales: la FAO, la OMS, Unicef y el Programa Mundial de Alimentos dependiente de la ONU, han hecho una declaración pidiendo una acción rápida y efectiva por parte de los gobiernos, según publica el periódico El País, indicando que para nuestra región podría venir una emergencia alimentaria y nutricional sin precedentes, a pesar de los logros de las últimas décadas, ya que la pandemia aumenta el riesgo de malnutrición.

Menciona que “más de 141 millones de niños y adolescentes estuvieron temporalmente fuera de la escuela y millones continúan fuera de ella mientras se reinician las clases paulatinamente. Para muchos de ellos la alimentación escolar es la única comida que tienen al día. El cierre de los centros educativos redujo ese apoyo.”

Este asunto de la alimentación de los escolares de la educación básica es un tema muy sensible para México pues millones de niños, no todos los que ofreció el gobierno, tenían un apoyo alimentario a través de las escuelas de tiempo completo y, hasta donde sabemos, poco o nada se ha hecho para cumplir con su alimentación, misma que no puede recibirse a través de Zoom o la televisión.

Sin duda, todos los indicadores marcarán el incremento de la pobreza y la malnutrición de los mexicanos como producto de esta pandemia. Pero, lo más importante sería conocer qué programa emergente está haciendo este gobierno para que nuestro niños y niñas de las zonas pobres tengan acceso, cuando menos, a una alimentación que les permita sobrevivir en mejores condiciones.

Como estamos viendo, no solo en nuestro país se manifiestan estos problemas, pero sí se hacen más críticos en países donde los pobres son la mayoría, como el nuestro. Es una cruda demostración de la terrible desigualdad y el egoísmo que dominan al mundo. Si los países ricos no lo entienden, al final serán los que sufrirán más.