Niños robustos y educados

30 de Abril de 2024

Enrique Del Val
Enrique Del Val

Niños robustos y educados

Nadie puede estar en contra de la mejora de las condiciones de vida de los mexicanos y sobre todo de las comunidades indígenas, pero para lograrlo hay que hacer bien las cosas, lo cual no ocurre en el caso del llamado Tren Maya, a pesar de decenas de declaraciones y aclaraciones.

Tanto el secretario de Turismo, en su pasada visita del mes de enero a Madrid con motivo de la Feria Internacional de Turismo (Fitur), como el encargado del proyecto y a la vez director de Fondo Nacional de Turismo (Fonatur), en una entrevista al portal Animal Político, tuvieron a bien decir varias cosas que sorprenden y preocupan acerca de un proyecto de tal magnitud.

En la cena con los hoteleros españoles, quienes han hecho su agosto en México, principalmente a raíz de los famosos swaps de la época que les permitieron comprar y construir a precios de ganga, los invitó a participar en el proyecto para el que dijo se calcula una inversión de entre 120 y 150 mil millones de pesos. Por cierto, hasta ahora, ninguno de los involucrados ha explicado cómo se llegó a dicha cifra. Asimismo, les dijo que será un tren de alta velocidad y que por supuesto tendrá vagones de primera clase, con camarotes privados y un restaurant de comida tradicional, así como vagones para los trabajadores para que “viajen de forma más cómoda a sus puestos de trabajo.” Además, indicó que ha hablado con líderes hoteleros y que han mostrado su acuerdo en apoyar el precio de transporte de los empleados. Es decir, todo maravilloso.

El director de Fonatur otorgó una entrevista al portal antes mencionado, la cual no tiene desperdicio y muestra la realidad de lo que pretende este gobierno en el tema.

Textualmente dice: “Por supuesto que ya se tomó la decisión porque si no, no se podría hacer la consulta. ¿Sabes lo que cuesta una consulta para todavía iniciar con una duda sobre si lo hago o no lo hago?”

También señala que el beneficio social compensa el impacto ambiental, y en otra parte argumenta que “no ganamos nada como país con tener jaguares gordos y niños famélicos;... sí tiene que haber jaguares bien comidos, pero con niños robustos y educados y capacitados” y lanza una pregunta: “¿cuál es la razón que un santón de la ecología lo quiera parar?”, aunque no menciona a quién se refiere. Y por último teoriza sobre el capitalismo “nosotros somos un grupo de izquierda que inclusive está instaurando más que otra cosa un verdadero capitalismo, más allá del capitalismo de cuates que hay en México.”

Es muy preocupante que el responsable de este magno proyecto haga este tipo de declaraciones y que justifique la posible violación de la ley por el solo hecho de que ya se decidió, tal como lo están planteando.

Supuestamente, decenas de personas llevan meses trabajando en el proyecto, pero hasta hoy nadie conoce el proyecto ejecutivo. No sabemos cuáles han sido los elementos de juicio de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) para autorizar y dar dinero con lo rigoristas que son con las dependencias públicas en materia de inversión; tampoco conocemos si ya metieron la solicitud de manifestación de impacto ambiental, sin la cual no pueden empezar, ni conocemos, tratándose de comunidades indígenas, de qué forma van a hacer la consulta que la ley obliga.

No se sabe si desde el punto de vista económico va a ser o no rentable y tampoco cómo han medido la rentabilidad social, más allá de niños robustos y educados, gracias al tren.

Las prisas por empezar no deben enturbiar el proyecto. No se trata de santones que se oponen, sino de personas que han dedicado toda su vida a estos temas y muestran su preocupación, y en lugar de aclararles sus dudas se les ataca.

Siempre y cuando estemos bien informados y, sobre todo, se cumpla con la ley y exista la aprobación de las comunidades indígenas, más allá de la de los hoteleros españoles, el tren se debería hacer.

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