¿Y los salarios?

29 de Abril de 2024

Enrique Del Val
Enrique Del Val

¿Y los salarios?

enrique del val

Decenas de artículos se han escrito sobre lo que está sucediendo en la economía a raíz de la inflación creciente en todo el mundo y que, como muchos hemos dicho, no ocurre solo por la deleznable invasión rusa a Ucrania, sino que viene desde antes, con el inicio de la pandemia.

Como bien dice la revista The Economist en su número de abril 23, el fantasma regresa, o como otros han dicho parodiando a la expresión de Marx, un fantasma recorre el mundo, el fantasma de la inflación. Pero resulta que no es un fantasma, sino que es un fenómeno grave que afectará a millones de seres humanos.

La inflación dio inicio en la sede del imperio, pero pronto se ha extendido al resto del mundo, incluyendo a los países ricos miembros de la OCDE que acumulan casi un 8%, medido anualmente.

Como siempre, hay diferentes formas de ver el fenómeno, no solo entre los economistas, sino entre los políticos y, sobre todo, entre la gente común que la considera como un hecho trascendental al que los gobiernos deberían de prestar mayor atención, cosa que, según ellos, no se está haciendo.

La verdad es que pareciera que es justo lo que está pasando pues, hasta ahora, las medidas han sido las acostumbradas, dejando a los bancos centrales el manejo de la situación y éstos, casi autómatas de la política tradicional simplemente utilizan como instrumento las tasas de interés, pero como vemos, esto no está solucionando la inflación en ninguna parte.

En nuestro país el incremento de precios ha sido demasiado alto, dándole al traste a la apenas iniciada recuperación del salario mínimo establecida por este gobierno en favor de los que menos tienen. La pérdida del poder adquisitivo es la mayor que se ha tenido en los últimos 20 años y se requieren medidas de urgencia, porque hasta ahora solo han sido promesas y los precios aumentan cada día.

Hay un dato importante a considerar y es que, si bien los que reciben salario mínimo han tenido en los últimos tres años aumentos mayores a la inflación, el resto de los trabajadores apenas han salido tablas hasta 2020. A partir de 2021 sus aumentos salariales en general no han sobrepasado 5% y la inflación experimentada el año pasado más la que se espera para el actual, casi seguro llegará al 15% en los dos años.

Frente a este panorama, las declaraciones de la Gobernadora del Banco de México expresando que “estarán atentos si surge algo” suenan a broma. Ya surgió algo y ella bien lo sabe, pues en su anterior puesto sometió a los trabajadores al servicio del Estado a incrementos menores a 5%, con tal de que las cifras macro no se salieran de cauce.

El Presidente mencionó hace unos días la posibilidad del control de precios, ante lo cual hubo un rechazo generalizado, pero estos “indignados” por la propuesta no formularon algo que pudiera afectar sus utilidades; y aquí está uno de los meollos del problema: si bien el control de precios es difícil, y a veces contraproducente, se podría aplicar el control de utilidades vía el fisco, porque lo que no se vale es que, para no variar, el 99% de la población padezca y el 1% siga tan campante.

El gobierno ha anunciado que la semana que viene presentará un plan para combatir el alza de precios. Esperemos que dicho plan permita el abastecimiento de los productos básicos, principalmente de alimentos, y en el caso de los campesinos e indígenas agregue los fertilizantes, porque si no es así, no solo habrá desabasto de esos productos en las ciudades, sino que se experimentará hambre severa en el campo.

Estamos a punto de entrar en una emergencia nacional que requiere inteligencia y decisión al más alto nivel para atender tres temas ligados y que son el alza de precios, la necesidad del incremento salarial y evitar el crecimiento de la pobreza.

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