Somalia expulsa a emisario de la ONU por ‘injerencia deliberada’
Haysom expresó su preocupación por la actuación de las fuerzas de seguridad en los enfrentamientos recientes que dejaron varios muertos
El gobierno de Somalia ordenó al emisario de Naciones Unidas en el país, Nicholas Haysom, a abandonar el territorio por su “injerencia deliberada” en su soberanía, pocos días después de que el diplomático denunciara la violencia de las fuerzas de seguridad. Haysom expresó su preocupación por la actuación de las fuerzas de seguridad, que tienen el apoyo de la ONU, en los enfrentamientos recientes que dejaron varios muertos. “El representante especial del secretario general de la ONU para Somalia, Nicholas Haysom, ya no es bienvenido en Somalia y ya no puede trabajar en el país”, dijo el martes por la noche el ministerio de Exteriores en un comunicado. La misión de la ONU no reaccionó de momento al anuncio. Haysom, un abogado sudafricano con mucha experiencia diplomática, fue nombrado en septiembre de 2018. Antes había ejercido como emisario de Naciones Unidas para Sudán y Sudán del Sur. Entre el 13 y el 15 de diciembre, las fuerzas de seguridad somalíes utilizaron la fuerza para poner fin a tres días de manifestaciones en la ciudad de Baidoa (suroeste), en las que murieron quince personas y otras 300 resultaron detenidas, según la ONU. Los manifestantes protestaban contra el arresto de Muktar Robow, un exalto responsable de los islamistas radicales somalíes shebab, que aspira a presidir el Estado del Suroeste (South West State). Somalia está dividida en cinco estados federales al que se une Somaliland (norte), un territorio que proclamó su independencia pero que no fue reconocida por el gobierno central. Las relaciones entre los Estados federados y el gobierno son tensas por las reclamaciones de mayor autonomía y la negativa del poder central. Muktar Robow anunció públicamente en agosto de 2017 que abandonaba los shebab. Pero una semana antes de las elecciones regionales, el gobierno federal le detuvo acusándole de “organizar” una milicia en Baidoa y de no haber renunciado a sus “ideologías extremistas”. Finalmente, en ausencia de Robow, que sigue en prisión provisional en Mogadiscio, ganó las elecciones Abdiaziz Hasan Mohamed, un exministro cercano al gobierno actual. La misión de la ONU en Somalia se encarga en particular de apoyar los esfuerzos de paz y de reforzar las instituciones gubernamentales en el país, devastado por décadas de guerra civil. En este sentido, Naciones Unidas apoya a las fuerzas de la policía, financiando su equipamiento, su formación y pagando parte de su salario. En un carta del 30 de diciembre al gobierno somalí, Haysom pidió explicaciones sobre la legalidad del arresto de Muktar Robow y pidió una investigación sobre las víctimas de la represión policial. Haysom recordaba en la carta que el apoyo de la ONU a la policía depende de su respeto de los derechos humanos. Los responsables de la ONU vieron un vídeo en el que el jefe de la policía regional amenazaba a con disparar por la espalda a los que se manifiesten sin autorización. La misión de la ONU en Somalia, igual que la de la Unión Africana (Amisom), y las numerosas oenegés en el país trabajan en un entorno de seguridad difícil. El martes tres personas resultaron heridas, dos de ellas empleadas de la ONU, por la explosión de un obús de mortero en una sede en Mogadiscio. Los islamistas shebab, expulsados de Mogadiscio en 2011, han perdido la mayoría de sus bastiones pero controlan importantes zonas rurales, desde donde llevan a cabo operaciones de guerrilla y atentados suicidas, también en la capital. MAAZ