De seguro, dice uno de los estrategas del gobernador del Estado de México, Eruviel Ávila, el candidato del PRI, Alfredo del Mazo, logrará conseguir los votos necesarios para derrotar a Delfina Gómez, de Morena, a quien ven como su principal adversaria, en las elecciones de junio. Lo único que tienen que hacer, dicen, es que su militancia vaya a votar como siempre lo ha hecho, por lo que en una jugada de bisturí, la semana pasada llevaron al descontento al exlíder del partido en el estado, Carlos Iriarte, a la Secretaría de Organización del PRI nacional para que no fuera a escuchar el canto de las sirenas de la oposición, que veían en él una de las claves para ganar la elección, al haber sido quien construyó la maquinaria política de Atlacomulco. Terminado ese proceso, dicen los que saben, la preocupación que tienen, y que crece cada semana, es que el rebelde Isidro Pastor, quien era parte del gabinete de Ávila hasta enero pasado, les dañe tanto como piensan hoy que puede hacerlo. Don Isidro, que fue operador político del entonces gobernador, Arturo Montiel, muy activo y enfadado porque su candidata para la gubernatura fue aplastada por Del Mazo, tiene siete puntos porcentuales en las preferencias electorales, pocos para ganar, pero suficientes, excedido, incluso, para hacer perder al PRI la gubernatura.