#ZonaCero | Reclusas peruanas se sobreponen a la pandemia

15 de Mayo de 2025

#ZonaCero | Reclusas peruanas se sobreponen a la pandemia

El gobierno puso en marcha el “sistema de
videollamadas itinerante en penales” para permitir que los reclusos vuelvan a tener contacto con sus familias

Después de siete largos meses sin contacto con sus familias por la pandemia del coronavirus, casi medio centenar de reclusas peruanas pudieron hablar con sus seres queridos por videoconferencia.

Ha sido el día más feliz, parece que me dieron la libertad”, dice la afroperuana Cinthya Caldas Salazar, quien cumple una sentencia de seis años en la cárcel para mujeres de Santa Mónica, situada en el sur de Lima, cerca del mar.

A Cinthya, de 37 años, se le cayeron las lágrimas mientras hablaba durante 40 minutos con su hijo adolescente, al que no veía desde hacía cuatro años, pues ahora vive en España con una tía.

El Instituto Nacional Penitenciario (INPE) puso en marcha este viernes el “sistema de videollamadas itinerante en penales” para permitir que los reclusos vuelvan a tener contacto con sus familias.

La primera sesión de videollamadas fue muy emotiva para las internas de Santa Mónica, pero también para quienes las custodian.

Este sistema de visitas digitales debutó en dos cárceles, en la ciudad andina del Cusco y en el penal de Santa Mónica, situado en el distrito limeño de Chorrillos.

En el patio de la prisión fueron instaladas mesas con una docena de computadores portátiles y audífonos con micrófono.

“Me he comunicado con mis padres, con mis abuelitos, me siento muy feliz”, dice aliviada Ketherine Huamán, de 23 años.

No puedo explicar todos los sentimientos que puede albergar mi corazón por esta oportunidad que nos han dado, desde el mes de marzo no recibo una visita”, agrega con lágrimas.

Las visitas a las prisiones fueron prohibidas a partir del 16 de marzo en Perú, cuando el gobierno decretó la emergencia sanitaria por la pandemia.

Además, las autoridades han restringido el ingreso de encomiendas con alimentos para los presos y suspendieron los talleres de trabajo que permitían que los reclusos ganaran algún dinero.

“La convivencia durante la pandemia en este penal y en todos los penales ha sido muy difícil”, admite la jefa del INPE, Susana Silva, quien asistió a la primera sesión de videollamadas.

Las prisiones de Perú albergan a 97 mil internos, casi 2.5 veces su capacidad (39 mil).