La ultraderecha acecha al Parlamento Europeo

17 de Junio de 2024

La ultraderecha acecha al Parlamento Europeo

Parlamento Europeo 

El eventual triunfo de diversos candidatos conservadores en las elecciones de junio puede llevar a la próxima legislatura a tomar un rumbo que ponga en riesgo ciertos derechos humanos

En un momento en que la Unión Europea se enfrenta a importantes desafíos geopolíticos, un acontecimiento podría marcar el rumbo no sólo de la alianza, sino del continente entero y tal vez del mundo.

La próxima semana, la IX Legislatura del Parlamento Europeo llegará a su término. Para la nueva legislatura, el panorama no es el mejor: la guerra en Ucrania se ha prolongado, y su posible adhesión al bloque sigue en el aire; el conflicto entre Israel y Palestina amenaza con dividir a sus miembros, y un eventual nuevo auge de los partidos de ultraderecha amenaza con favorecer políticas contrarias al medio ambiente, la migración y los derechos de la mujer, entre otros rubros.

Serán 720 los diputados que, una vez electos, podrán integrarse a los grupos parlamentarios de la Eurocámara, la cual tiene la facultad de investir al presidente de la Comisión Europea cada cinco años, con derecho a una reelección.

Quien ostenta este cargo ejerce la representación de la Unión Europea al más alto nivel en las relaciones exteriores. Actualmente está en manos de la alemana Ursula von der Leyen, quien, según los más recientes sondeos, se perfila como una de las favoritas para, en su caso, reelegirse.

Los diputados que resulten electos tienen la obligación y el derecho de nombrar a uno de ellos como presidente del Parlamento Europeo, un puesto con una vigencia de dos años y medio. Roberta Metsola es quien desempeña este cargo, y antes ejerció como vicepresidenta y diputada por Malta. En su actual puesto como presidenta del Parlamento no sólo debe supervisar todas las actividades de la cámara, sino que también debe garantizar que se cumplan las reglas.

El número de diputados por país se basa en el principio de “proporcionalidad decreciente”, que considera que un diputado de un país grande representa a más personas que uno de un país pequeño. Bajo esta óptica, mientras en Alemania se votará para elegir a 96 legisladores, en Malta, la cifra es de únicamente seis.

Y aunque el número de escaños por país puede variar, el objetivo de dar forma y definir las nuevas leyes que se adoptarán en todo el territorio de la Unión Europea es el mismo. Al estar conformado por países líderes en el mundo, en ocasiones, las decisiones que se toman dentro del Parlamento repercuten en todo el planeta.

En este sentido, el ascenso de facciones extremistas es una cuestión que preocupa a muchos gobiernos. Tal es el caso de Alemania, en donde se ha registrado que la extrema derecha ha duplicado su apoyo desde las elecciones en ese país de 2021.

Maximilian Krah, exlíder de la organización ultra Alternativa para Alemania (AfD), dejó de estar en estas filas, pero no renunció a su candidatura al Parlamento Europeo. Y de acuerdo con las encuestas, es uno de los favoritos para ser eurodiputado en la nueva legislatura.

Krah es conocido por haber declarado que un miembro de la organización nazi SS “no es automáticamente un criminal”, y por las investigaciones que pesan sobre él por parte de la justicia alemana, por sospechas de financiamiento ruso y chino.

Otro país en donde se han encendido las alarmas por el crecimiento del extremismo es Italia, ya que su primera ministra Giorgia Meloni se postuló como candidata. “Queremos hacer en Europa lo mismo que hicimos en Italia, creando una mayoría que dé a la derecha la oportunidad de unirse para mandar a la izquierda a la oposición”, fue el mensaje con el que anunció su postulación.

A Meloni se le ubica por formar parte y representar el partido Hermanos de Italia, una organización con raíces fascistas que apuesta por aumentar la natalidad de los italianos y en contra de la migración, entre otras características.

Hermanos de Italia es una de las pocas organizaciones políticas que mantiene el logotipo de partidos de extrema derecha de la posguerra, y en sus apariciones, Meloni ha emitido mensajes que se consideran racistas, xenófobos y ultranacionalistas.

Otro de los países que han generado preocupación es España, donde el partido Vox –de corte ultraconservador–, apuesta por Jorge Buxadé. En el lanzamiento de su campaña, Buxadé se hizo acompañar por otros líderes de ideología similar, como la propia Georgia Meloni e incluso Javier Milei, presidente de Argentina.

El español no sólo defiende el derecho a la vida y el respeto a la familia “como institución básica”; también está de acuerdo en que se debe acabar con “las políticas progresistas desplegadas desde Bruselas”, tal como lo ha planteado desde Vox, en alusión al derecho a la interrupción del embarazo.

Por parte de Francia, el partido Agrupación Nacional lidera muchos de los sondeos para los comicios. La organización, que también es percibida como de extrema derecha, postuló a Marine Le Pen, hija de uno de sus fundadores. La francesa ha trabajado arduamente para desligarse del pasado radical de su padre y del partido que representa, aunque muchos consideran que sus esfuerzos son insuficientes.

Polonia completa la lista de países que se han inclinado a la ultraderecha en los últimos años. Por parte de esta nación, el Partido Ley y Justicia (PiS, por sus siglas en polaco) es el que lidera las preferencias, con Jacek Emil Saryusz-Wolski, quien ya se desempeñó como vicepresidente del Parlamento Europeo del 2004 al 2007.

En Polonia, el PiS implementó políticas que penalizaban el aborto y a los colectivos LGTBI+. También se opusieron al reparto de migrantes y refugiados entre los miembros de la Unión Europea, y sus leyes anti-LGTBI, junto a sus intentos por controlar el Poder Judicial, provocaron que la Comisión Europea abriera expedientes sancionadores contra algunos de sus líderes.

A este escenario se le debe sumar el poderío de las facciones dentro de la cámara. De ellas, el Partido Popular Europeo (PPE) se ha posicionado como uno de los favoritos de los eurodiputados. Es un partido de centroderecha y europeísta que en los últimos años ha acogido a muchos conservadores y que, según las prospectivas electorales, concentrará ahora 23% de los votos y superará a las otras facciones europeas.

Las elecciones al Parlamento Europeo se realizarán del 6 al 9 de junio. Aunque 400 millones de europeos tienen derecho a votar, el abstencionismo y la apatía complementan los retos, ya que, según especialistas, los votantes no se sienten identificados ni representados por la clase política, que ven como lejana e ineficaz.

De esta manera, la comunidad política conformada por 27 países se encamina a unas elecciones que no sólo marcarán el rumbo de su comunidad, sino que influirán en las decisiones y podrían inclinar la balanza del poder a lados antes insospechados.

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