La candidata en la encrucijada

29 de Abril de 2024

Jorge Muñoz
Jorge Muñoz

La candidata en la encrucijada

Columna Jorge Muñoz

La campaña presidencial ha mostrado diversas cuestiones no tan visibles en tiempos no electorales. Una que destaca es la relación entre la candidata de la coalición gobernante con el presidente de la República, pues resulta bastante singular por diversos motivos.

En primer lugar, ningún presidente desde 1994, al final de su sexenio, había tenido la fuerza para influir de manera determinante en la designación de la persona candidata del partido al que pertenece y que esta contara con serias posibilidades de ganar. Por otra parte, la elección hecha sobre la doctora Sheinbaum implica un reto para todas las fuerzas que pertenecen a Morena, pues ella parece representar posiciones que no todos comparten en ese partido.

Prueba de ello es la polémica sobre la precandidatura a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México en la que sobresalía la participación de Omar García Harfuch, quien se veía como favorito pues, además de ser apoyado por Claudia Sheinbaum, cuenta con un arrastre popular para nada despreciable y que, al final, no fue designado como contendiente para ese cargo.

Este tipo de tensiones parece muy interesante para quienes no militamos en Morena, puesto que permite ver la existencia de varios grupos que pugnan por sus propios intereses. Estas circunstancias son bastante aprovechables por parte de quien busque participar en el juego político.

Así, por ejemplo, el hecho de que el ministro Arturo Zaldívar renunciara un año antes, le dio la posibilidad al presidente de designar su sustituto por los siguientes 15 años, evitando así que la próxima persona titular del Ejecutivo participe en dicho nombramiento.

Asimismo, la actitud de la candidata morenista a la Presidencia representa un reconocimiento a la popularidad que tiene el presidente, lo que la pone en la encrucijada de no alejarse demasiado de lo que simboliza la figura de Andrés Manuel López Obrador, pero, al mismo tiempo, tiene que cobrar su propia identidad y tomar una postura respecto de la situación en la que se encuentra el país el día de hoy.

Esto determinará, en gran medida su credibilidad ante el electorado, pero también jugará un papel en las tensiones que tiene con los grupos al interior de su partido que no comulgan con su visión. Ambas cosas son fundamentales, la primera para ganar la elección y la segunda para gobernar durante 6 años de manera armónica con los otros detentadores de poder que se perfilen y los grupos a los que respaldan.

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