Nos estamos acercando a nivel global a un cambio en el paradigma económico que ha guiado a la mayoría de los países desde finales del siglo pasado: el llamado neoliberalismo y el Consenso de Washington.
Nos encontramos ante una de las mayores contradicciones que, a mi juicio, es imposible ya dejar de lado: la preocupación en muchos gobiernos e instituciones globales sobre la situación económica actual, derivada sobre todo de los conflictos bélicos en varias partes del mundo y de los conflictos económicos entre los Estados Unidos y la República Popular China, que han acentuado el proteccionismo.
A lo anterior también hay que agregarle la tremenda desigualdad que se está viviendo, con las inmensas utilidades de unos cuantos y la miseria de millones. Un ejemplo de esto lo tenemos en la revista Forbes, que en su número de abril-mayo da cuenta de los billonarios en dólares a nivel mundial. Según la revista, los ricos se están haciendo más ricos, destacando que el patrimonio conjunto de los billonarios del planeta ha crecido 545% en las dos últimas décadas, alcanzando los 14.2 trillones de dólares.
En el año 2020 solo había un billonario con más de 100 mil millones de dólares; ahora hay 14, siendo el primero el francés Bernard Arnault con 233 mil millones de dólares y el decimocuarto Carlos Slim, con 102 mil millones de dólares.
Ello contrasta con los datos que aporta la revista The Economist en su último número, que describe lo que está sucediendo en el llamado “nuevo orden económico”, el cual según ellos, está cerca de colapsar. Esto se debe a varias causas, algunas muy destacables como la crisis de la Organización Mundial de Comercio (OMC), que el próximo año cumple 30 años y se encuentra semiparalizada por el bloqueo de Estados Unidos para no llenar las vacantes en el panel de disputas entre sus miembros, lo que le impide trabajar y resolver los casos.
Pero la revista también menciona, atinadamente, que el Fondo Monetario Internacional (FMI) está entre la agenda mundial de sustentabilidad y para garantizar la estabilidad financiera. Además, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas está inmovilizado por los vetos de Estados Unidos o China. Para finalizar la crisis de los organismos internacionales, la Corte Internacional de Justicia, entre otros, también está amenazada por los estadounidenses en el caso de las denuncias contra Israel por el genocidio que están cometiendo en Gaza.
Es decir, los organismos internacionales que supuestamente iban a permitir un desarrollo más armónico entre todas las naciones ahora se encuentran paralizados, ya sea por conflictos bélicos como la agresión de Rusia a Ucrania, o por conflictos económicos, como el que ocurre entre Estados Unidos y China. Esto está escalando antes de la posible llegada del impresentable sr. Trump a la Presidencia de ese país, lo cual hará las cosas más insoportables, incluyendo a México, como es el caso reciente del pretendido arancel del 100% que quieren imponer a la importación de automóviles chinos exportados desde nuestra nación.
Las poblaciones de varios países europeos se sienten angustiadas por lo que está pasando en Ucrania y sus efectos económicos. Incluso hay preocupación creciente por la posibilidad de otra guerra mundial, aunado a las presiones de China por penetrar en sus mercados, tal como lo están haciendo en todo el mundo.
Se necesita altura de miras de los dirigentes gubernamentales para llegar a un nuevo acuerdo que resuelva las disputas existentes, más allá de los vetos de todo tipo que estamos viendo, porque si no, la situación se va a complicar más.
Inclusive los más interesados también tienen que ser los billonarios porque si los conflictos escalan, de nada les va a servir tanto poderío económico. Es hora de que sean más empáticos con todo lo que está sucediendo.