Antoni Gaudí y Cornet nació en Reus en 1852 y murió en su amada Barcelona, ciudad a la que con sus monumentales obras, dio forma y textura.
Se dice que Gaudí fue un mal alumno y pasaba horas mirando fotografías de edificios orientales y frecuentaba clases de filosofía, de estética y de historia, así como los conciertos, el teatro clásico y moderno, las lecturas poéticas, las tertulias intelectuales y las visitas a todos los monumentos y paisajes de Catalunya.
El estudiante Gaudí se incorporó al movimiento de la Reinaxença catalana y llegaría a ser una de sus grandes figuras. En 1878 terminó la carrera y conoció a Eusebi Güell, importante empresario con gran sensibilidad artística que entendió a Gaudí y se convirtió en uno de sus mejores amigos y su principal cliente a lo largo de su vida. Hizo para él, entre otros proyectos, las puertas de la finca Güell (1884-1887), la casa Güell (1888), las bodegas Güell (1895-1897), el chalet del Catllaràs (1905) y las dos obras más creativas de su madurez: el Park Güell (1900-1914) y la iglesia de la colonia Güell (1908-1917).
Si bien la Sagrada Familia fue su proyecto principal durante cuarenta y tres años, Gaudí trabajó en más encargos, grandes y pequeños, no sólo eclesiásticos o para Güell, sino de otros clientes, como El Capricho (1883-1885), la casa Vicens (1883-1888), la casa Calvet (1898-1899), la casa Batlló (1904-1906), Bellesguard (1900-1909) y la Pedrera (1906-1911). En el otoño de 1883 Gaudí aceptó el encargo de continuar la Sagrada Familia. Durante los seis años siguientes, hasta finales de 1889, terminó la cripta, iniciada por el primer arquitecto, Francisco de Paula del Villar. Mientras tanto, proyectó la basílica superior y en 1886 se comprometió con el promotor, Josep Maria Bocabella, a realizarla en diez años. El joven arquitecto pasaba entonces la etapa irreligiosa de su vida, que había arrancado en la adolescencia y acabó en Astorga, gracias a la amistad personal del doctor Joan Baptista Grau, iniciada el verano de 1889 y finalizada trágicamente en otoño de 1893 por la muerte accidental del obispo. Sin embargo su religiosidad se fue intensificando progresivamente, así en la Cuaresma de 1894, a los cuarenta y dos años, el ayuno estuvo a punto de causarle la muerte.
En 1906, a los cincuenta y cuatro años, se trasladó a vivir al Park Güell. Cada mañana bajaba andando desde su casa a la parroquia de Sant Joan de Gràcia para participar en la eucaristía y luego continuaba hasta la Sagrada Familia. Cada tarde, al terminal su jornada de trabajo, acudía al Oratorio de San Felipe Neri para practicar sus devociones personales. Con la convicción de que sin sacrificio es imposible sacar adelante una obra, se entregó a una vida de penitencia y de pobreza voluntaria. Gaudí había manifestado su anhelo de morir en el hospital de beneficencia cristiana, como un pobre más. El lunes 7 de junio de 1926 le atropelló un tranvía. Y al no ser reconocido e ir vestido de manera sencilla, lo llevaron como pobre al Hospital de la Santa Creu. Tres días después, dijo sus últimas palabras: Amén. Sus restos se encuentran enterrados en la Sagrada Familia.