La ignorancia que rodea al Presidente

20 de Abril de 2024

María Idalia Gómez
María Idalia Gómez

La ignorancia que rodea al Presidente

maria idalia gomez

Al presidente Andrés Manuel López Obrador se le agota el tiempo y no quiere verlo. Es entendible que quiera tener a su alrededor a las personas en quien confía plenamente, y más cuando se han removido tantos intereses, pero es inexplicable por qué, esos en quien confía tanto, lo mantienen en un estado de ceguera e ignorancia.

Es muy común que entre los pasillos las personas muy bien informadas digan que el problema es que el Presidente no quiere escuchar. Es posible que esa sea la razón de las tinieblas informativas en las que se mueve López Obrador, pero es tiempo que escuche y que escuche bien, y que sus áreas de inteligencia lo doten de información veraz, confiable y de alto nivel. Los ataques a tres periodistas en menos de 10 días o los ocurridos en Quintana Roo; la violencia en Zacatecas, Veracruz, Guerrero, Michoacán, Chiapas y parte de la frontera norte, no son sólo delitos del fuero común, ni peleas entre grupos criminales, más bien grupos fácticos están desafiando al Estado, así lo observan desde Estados Unidos.

¿Quién en Palacio Nacional le habrá dicho al Presidente que sería suficiente con dar el pésame y deslindarse del asesinato de la periodista Lourdes Maldonado, y que la federación no tenía nada que atender del tema?, el o los funcionarios que no le dieron el panorama completo a López Obrador, de la situación y sus efectos para referirse al tema y actuar desde el domingo en que ocurrió, quizá deberían ser despedidos.

Hace muchos años, por lo menos unos 20, los nuevos cuadros de varios de los grupos criminales comenzaron a estudiar en importantes universidades mexicanas, europeas y estadounidenses. Aseguran investigadores que comenzaron poco a poco a prepararse para integrarse en las estructuras sociales, económicas y, por qué no, políticas del país. Sus relaciones se extendieron, eso explicaría la presencia de los mexicanos en casi todos los continentes haciendo negocios, pero también la presencia de integrantes de las mafias colombianas, italianas, rusas, coreanas, chinas, americanas o canadienses, en territorio mexicano. Otros grupos criminales no prepararon así a sus cuadros, pero se especializaron en rutas, productos o se entrenaron en capacidad de fuego, y en y se asociaron con otros grupos nacionales y extranjeros, los que extendió y fortaleció su poder.

¿Tan malo es el sistema migratorio y en más de tres años el gobierno lopezobradorista no ha podido limpiarlo, que es incapaz de detectar el ingreso de personajes que son buscados en otros países?, ¿Tan limitado es la inteligencia que realizas las fuerzas federales que son incapaces de alertar de los escenarios violentos en las entidades y cómo se están descomponiendo más y más?, ¿Tan mal trabajo interno realizan que no han advertido al Presidente de la seria preocupación que existe en la Unión Europea, el gobierno estadounidense o de los organismos internacionales, por lo que consideran focos de inestabilidad política y criminal? Las respuestas, ante los hechos, son sí, son malos.

Es tiempo de escuchar. Asesinar periodistas sí es responsabilidad del Estado mexicano, que está obligado a proteger y garantizar el ejercicio libre y seguro de informar, para que una sociedad tenga la posibilidad de tomar decisiones de manera informada. Los tres niveles de gobierno tienen responsabilidad y en especial para López Obrador, que le interesa tener un legado, debería interesarle tener un sistema de inteligencia capaz de prevenir y resolver, no de reaccionar. No son hechos locales o circunstanciales, al menos las agencias estadounidenses consideran que el escenario es más peligroso, incluso hablan de intentos de desestabilización contra el Estado. Si es así, el tiempo se agota para López Obrador para verlo y actuar.

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