Trump y su “ley grande y hermosa”

8 de Julio de 2025

Julieta Mendoza
Julieta Mendoza
Profesional en comunicación con más de 20 años de experiencia. Es licenciada en Ciencias de la Comunicación por la UNAM y tiene dos maestrías en Comunicación Política y Pública y en Educación Sistémica. Ha trabajado como conductora, redactora, reportera y comentarista en medios como el Senado de la República y la Secretaría de Educación Pública. Durante 17 años, condujo el noticiero “Antena Radio” en el IMER. Actualmente, también enseña en la Universidad Panamericana y ofrece asesoría en voz e imagen a diversos profesionales.

Trump y su “ley grande y hermosa”

Julieta Mendoza - columna

Con fuegos artificiales, banderas ondeando y el discurso de un líder que quiere dejar su huella, el presidente de Estados Unidos, Donald J. Trump, firmó este viernes 4 de julio su ambicioso y polémico proyecto de ley presupuestaria, bautizado, de acuerdo a su peculiar estilo,como “The One Big Beautiful Bill Act”.

La ceremonia, cuidadosamente sincronizada con las celebraciones del Día de la Independencia, marcó un momento clave del segundo y último mandato de Trump.

Con mayoría republicana en la Cámara de Representantes, el proyecto H.R.1 fue aprobado como la columna vertebral de su plan de gobierno: una mezcla de promesas de austeridad, endurecimiento migratorio y populismo económico, envuelta en un espectáculo político sin precedentes.

Pero más allá del simbolismo, el contenido de la ley ha provocado una ola de críticas y preocupaciones. La Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO) estima que la implementación del plan aumentará la deuda pública en 3.3 billones de dólares durante la próxima década. Un número que contrasta radicalmente con los discursos republicanos tradicionales sobre disciplina fiscal y equilibrio presupuestario.

Entre los elementos más controversiales del plan está un recorte drástico al programa Medicaid, lo que podría dejar sin cobertura médica a 11.8 millones de personas. Además, la reforma impone nuevas restricciones al acceso al programa de asistencia alimentaria SNAP , afectando directamente a al menos 2 millones de niños en situación vulnerable.

Los grupos civiles lo han calificado como un golpe directo al corazón de las familias trabajadoras, mientras que desde la Casa Blanca se defiende como un “reordenamiento necesario” para enfocar los recursos “en los verdaderos estadounidenses”.

El proyecto incluye también cambios al régimen fiscal sobre las propinas, que ahora deberán ser declaradas mensualmente, afectando especialmente a sectores como la hotelería y los restaurantes, donde estos ingresos representan una parte vital del salario. Esta medida ha encendido alarmas entre trabajadores y sindicatos, que denuncian una carga fiscal innecesaria sobre los estratos más bajos.

En materia energética, el proyecto elimina incentivos para proyectos de energía solar y limpia, lo que podría traducirse en aumentos en las tarifas eléctricas residenciales. Trump apuesta nuevamente por los combustibles fósiles y
Donde sí hubo aumentos fue en el presupuesto para el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). El proyecto amplía significativamente los recursos destinados a deportaciones, vigilancia fronteriza y expansión de centros de detención migratoria.

Desde la Casa Blanca, esta sección de la ley se presenta como un eje de seguridad nacional, aunque las organizaciones de derechos humanos lo califican como un ataque directo a las comunidades migrantes.

“Con esta ley, protegemos nuestras fronteras, nuestras familias y nuestra forma de vida”, dijo Trump durante su discurso, al pie de un escenario decorado con estandartes patrióticos y una réplica del Acta de Independencia.

“The One Big Beautiful Bill” no es solo un documento legal. Es el símbolo de un legado. Trump, que ya no busca la reelección, quiere dejar marcado su paso por la historia política de EE.UU. con una iniciativa que combine espectáculo, identidad ideológica y fuerza ejecutiva. Tal como lo hizo con su muro fronterizo o su retórica contra China, esta ley busca ser recordada como su gran acto final.

Mientras los fuegos artificiales iluminaban el cielo de Washington, Trump concluyó: “Hoy celebramos la libertad… y también el coraje de tomar decisiones grandes, difíciles, pero necesarias”.

El Senado aún debe revisar varios puntos del proyecto, pero la maquinaria ya está en marcha. Más que una ley, esta es la firma de un estilo de gobierno: duro, polarizante, y, sobre todo, con sello personal.