Todos pagaremos

24 de Abril de 2024

Luis M Cruz
Luis M Cruz

Todos pagaremos

luis_m_cruz

1.

Como en la pirinola, todos ponen. Al prolongarse la guerra en Ucrania, el impacto adverso habrá de afectar a todo el mundo. Parece claro que Rusia, empecinada en ganar la guerra, no podrá ganar la paz debido al altísimo costo que le significará el aislamiento de la comunidad internacional, el cual, en un mundo interdependiente y esencialmente abierto, se refleja de inmediato en carencias, carestía y desabasto generales. No obstante que el régimen ruso se cierre a la prensa y la opinión pública, el costo de la guerra se refleja de múltiples maneras. Como en un juego de suma negativa, lo sensato es negociar las alternativas y encontrar una salida en la que las partes y el entorno pierdan lo menos posible, porque ganar algo será posible sólo a partir del restablecimiento de la paz y no de otra manera.

2.

En general, en el mundo ha prevalecido la empatía con el país agredido, Ucrania, y el rechazo a la intrusión guerrera del agresor, Rusia. Si bien se ha mantenido hasta ahora como un conflicto regional, sus alcances resultan globales y en Occidente se ha gestado una respuesta unánime en este sentido, cuyo corolario está impactando en todos los órdenes y habrá de afectar más, para mal, a los países más vulnerables. Los precios del petróleo están alcanzando precios terroríficos, rondan los 130 dólares el barril y varios analistas de futuros anticipan que, de prolongarse el conflicto por varios meses, el precio al final del año podría estar en 200 dólares el barril, algo simplemente insostenible para muchas economías nacionales.

3.

El dislocamiento de otras cadenas de suministros vitales está también aflorando. Los precios del maíz y el trigo se han disparado un 20%, alcanzando máximos no vistos en una década, además de que los suministros de aluminio, níquel, acero y fertilizantes se están desplomando, con el consecuente incremento desproporcional de los precios. El oro, como referente de refugio en tiempos de incertidumbre, ha rebasado ya los 2 mil dólares la onza.

4.

Los mercados recogen esta incertidumbre y registran importantes caídas en los índices, sobre todo al excluir los commodities y activos rusos de las compulsas. Las bolsas han caído un 20% desde sus máximos registrados el año pasado, adoptando un comportamiento de “osos locos”, como se dice en el argot, ante la previsible expansión de la volatilidad, dada la eventual proscripción de importaciones rusas de petróleo y gas en Estados Unidos. Si bien se trataría sólo de un 8% de las importaciones estadounidenses, la percepción general sería de salida y repercutiría en los suministros de Europa y Asia, que es hacia donde se dirige la mayoría del petróleo y gas ruso. En lo inmediato, ello significa mayores precios para los combustibles y energía eléctrica, otra merma al bolsillo de los consumidores.

5.

Es decir, como señala el Fondo Monetario Internacional, de prolongarse el conflicto la economía global tendría impactos devastadores, muy parecidos a los sufridos por la pandemia de Covid-19 en 2020 que afectó en un 10% el crecimiento mundial. La inflación en Estados Unidos y en todas partes se está incrementando, yendo hacia el 8% pero podría dispararse aún más, dada la escasez de suministros vitales y alimentos. Como consecuencia, el salto de los precios tendría efectos en todas partes, en particular en países y hogares de bajos ingresos para quienes el gasto en alimentos y energía es proporcionalmente mayor. Para México, en este escenario pesimista, los analistas del banco central estarían estimando un crecimiento de sólo 1.6%, dadas las repercusiones negativas de la economía de guerra en la recuperación, la inflación y la estabilidad del sistema financiero globales. El mundo está interconectado y, conforme al efecto mariposa, todos terminaremos pagando un precio que será mayor conforme la infame escalada rusa se prolongue. Urge hacer un mayor esfuerzo por la paz.

Síguenos en @EjeOpinion

PUEDES LEER: Una oportunidad para la paz