8M | Política social suelta de la mano a las mujeres pobres
En los últimos años, las transferencias monetarias tienden a bajar entre mujeres en situación de pobreza, pero han aumentado en hombres no pobres, revela el Sistema de Indicadores sobre Pobreza y Género (SIPyG) de Coneval
La política social del gobierno federal tiene desviada la perspectiva de género: las mujeres pobres reciben cada vez menos transferencias monetarias, mientras que los apoyos tienden a incrementarse en hombres no pobres.
Así lo reveló este miércoles un estudio publicado por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) con motivo del próximo 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer.
“Salvo para la población adulta mayor, donde la cobertura se ha ampliado significativamente, los niveles de transferencias monetarias declaradas en 2022 fueron menores respecto a periodos anteriores para el resto de la población”, revela el Sistema de Indicadores sobre Pobreza y Género (SIPyG).
“Las mujeres que enfrentan contextos de pobreza fueron las más afectadas por esta reducción que con respecto a 2018 fue de 12.8. puntos porcentuales”, agrega el documento.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi), en México hay 58.8 millones de mujeres de entre 0 y 64 años. Si la pobreza en el país afecta a 36% de la población, las mujeres pobres rondan los 21 millones.
“Las caídas de los porcentajes de transferencias monetarias han sido mayores en la población en situación de pobreza y en las mujeres, mientras que los aumentos de cobertura han sido mayores en la población en situación de no pobreza y en los hombres”, subraya el estudio.
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“Lo anterior, subraya la necesidad de una asignación de presupuesto con perspectiva de género y el aumento de la cobertura en la población más vulnerable en cumplimiento con los Lineamientos para incorporar la perspectiva de género en las Reglas de Operación de los programas presupuestarios federales”, recomienda el Coneval.
En 2022, según el documento, la población adulta mayor fue el grupo de edad que en mayor medida se ha beneficiado de las transferencias monetarias, ya que poco más de 75% de mujeres y hombres en y sin pobreza fueron beneficiarios.
El incremento más considerable en la cobertura entre 2018 y 2022 fue de 44.8 puntos porcentuales para los hombres sin pobreza, seguido de las mujeres sin pobreza con 33.5 puntos. En contraste, entre los hombres en situación de pobreza el aumento de transferencias monetarias fue de 21.3 puntos porcentuales, mientras que en las mujeres en la misma situación fue de 10.6 puntos, lo que refueza la idea de que, incluso entre las personas mayores de 65 años, las mujeres pobres están en desventaja.
Hasta 2018, el número de mujeres que recibían ayudas monetarias del gobierno duplicaba al de los hombres, tanto dentro como fuera de la pobreza, pero a partir de 2020 esta distancia ha tendido a ser nula.
Asimismo, según el reporte de Coneval, hasta 2018, la proporción de mujeres y hombres que recibieron transferencias del gobierno fue en promedio 2.5 veces más en pobreza que fuera de estos contextos, y a partir de 2020, los porcentajes en ambos contextos fueron muy similares.
Otros hallazgos
El Sistema de Indicadores sobre Pobreza y Género en México (SIPyG), publicado este miércoles por el Coneval, permite visibilizar cómo la construcción sociocultural del género incide en la desigualdad de acceso a los derechos sociales y al bienestar económico entre mujeres y hombres.
—De 2016 a 2022, la jornada semanal del trabajo del hogar no remunerado fue más extensa en mujeres, con un promedio de 32 horas para ellas, en contraste, con las 14 horas observadas en los hombres.
—De 2016 a 2022, el trabajo al que las mujeres dedicaron el mayor tiempo fue al cuidado a otras personas del hogar, con 27 horas en promedio, indistintamente de su situación de pobreza.
—En el periodo de 2016 a 2022, la brecha de género en la participación económica se situó en un diferencial de aproximadamente 30 puntos porcentuales, dado que las mujeres tuvieron una participación promedio en el mercado laboral de alrededor de 50% y los hombres cercana a 80%.
—A nivel nacional, el empleo subordinado sin pago fue hasta el doble de frecuente en las mujeres (8%) con respecto de los hombres (4%).
—El tipo de empleos al que accede la población total es predominantemente sin seguridad social, sobre todo en contextos de pobreza donde en promedio 92 de cada 100 mujeres ocupadas no tuvieron acceso a la seguridad social (como prestación laboral).
—El salario por hora que percibieron las mujeres es menor al de los hombres entre 2016 y 2022, sobre todo en contextos de pobreza donde, en promedio, las mujeres ganaron 75 por cada 100 pesos que ganaron los hombres.
—Los hogares con jefaturas de mujeres son los que potencialmente presentan mayores presiones económicas para solventar sus necesidades, ya que registran mayor población dependiente económicamente.
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