Los ministros de culto ProVida, conservadores, homofóbicos y fundamentalistas, que encargaron a sus feligreses votar por cualquier opción política, menos por Morena, amanecieron frustrados no sólo en lo material, sino también en lo espiritual. Creen que Dios no escuchó sus peticiones, pues sus presagios los han dejado como falsos profetas.
La mayoría de esos pastores y sacerdotes marcaron en sus boletas cualquier color, menos el guinda que distingue a la 4T. Pero… no así los feligreses. El peso que los dirigentes espirituales imprimían en sus cultos y misas fue infravalorado por los escuchas, según los resultados del Instituto Nacional Electoral.
Los cristianos (en todas sus manifestaciones) prefirieron engañar a los gurús para darle el beneficio de la duda a Claudia Sheinbaum Pardo, así como a 7 de 9 candidatos morenistas, incluyendo a los dos con más presencia evangélica en el país: Tabasco y Chiapas. Cientos de alcaldes, senadores y diputados electos ganaron gracias al voto que les aportaron católicos y evangélicos que desobedecieron la instrucción de los guías morales lanzada desde púlpitos y redes sociales.
Si bien se incrementó mínimamente la participación electoral en iglesias evangélicas, en comparación con elecciones presidenciales pasadas, esta ocasión la estrategia espiritual que usaron los caciques morales ProVida falló: insistieron en que si llegaba Morena al poder cerrarían templos, habría promoción de la homosexualidad (como si eso se pudiera lograr), los niños serían hipersexualizados en las escuelas primarias, el culto a la Santa Muerte cobraría obligatoriedad y el comunismo sería la nueva forma de gobierno el país, cosas que fieles y congregantes desecharon en las urnas por concebirlo como mentiras piadosas de sus dirigentes.
Apelando a la memoria histórica de los religiosos, en su primer discurso como candidata ganadora, Claudia Sheinbaum mencionó a mujeres ilustres como Leona Vicario (que daba clases de religión a personas de escasos recursos); Margarita Maza, esposa del Benemérito, que permitió la entrada de protestantes a México, y Dolores Jiménez y Muro (que impulsó la primera campaña de alfabetización y formó Misiones Culturales, junto con mujeres evangélicas).
También refirió a Matilde Montoya Lafragua (primera mexicana en alcanzar el grado académico de médico, acusada de ser protestante por sus ideales de progreso); Carmen Serdán Alatriste, hermana de Aquiles (que tuvieron estrecha relación con integrantes de la Iglesia Metodista en Puebla) y Hermila Galindo, impulsora de la educación laica, entre otras y las puso como ejemplos a seguir.
La frustración les va a durar quizá todo el sexenio, por lo que deberán reflexionar sobre la reingeniería espiritual que las iglesias en México necesitan, dejando a un lado un viejo sistema de persuasión y forma de ganar adeptos, quizá siendo más empáticos con la perspectiva social que hay dentro de sus templos.
PALABRA DE HONOR: Hay candidatos y candidatas (cristianos militantes de iglesias evangélicas y católicas) en múltiples cargos morenistas que alcanzaron el triunfo. Habrá además servidores públicos que se integrarán la nueva administración, quienes difícilmente dejarán el hueso por recomendación de su pastor o sacerdote. Prefieren servir y cobrar… ejerciendo la libertad de culto que es derecho de todos los mexicanos.