La Sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario de la UNAM fue la sede para realizar un homenaje a Miguel León-Portilla por parte de la comunidad estudiantil.
En el evento, el rector de la UNAM, Enrique Graue Wiechers, aseguró que con la partida de León-Portilla, nuestro país no sólo ha perdido a uno de sus mejores hombres, sino que la Universidad misma dice adiós a uno de sus “más ilustres hijos”.
“Nos unimos al dolor de Chonita y de su familia, al sentimiento de orfandad de sus alumnos, a la pérdida experimentada de sus amigos y a la nostalgia de quienes lo conocimos y tratamos: don Miguel fue un hombre entrañable y generoso con sus saberes, un humanista multifacético y un académico ejemplar, dotado de un inigualable espíritu inquisitivo al que sumaba una portentosa memoria, capaz de replicar minucias y detalles que decoraba su, sin igual, capacidad narrativa”, dijo.
En el lugar se dio lectura al poema “Cuando muere una lengua”, de su autoría y se realizó una interpretación musical de Ihcuac Tlaneci (Cuando amanece) y To Huey Tlahtzin Cuauhtémoc (Nuestro gran padre Cuauhtémoc).
Al acto acudieron exrectores de la UNAM, catedráticos eméritos, integrantes de la junta de gobierno y muchos discípulos y colegas, entre los que destaca Vicente Quirarte quien señala que “nos hace falta y nos hará más falta en los días por venir”.
Al final, la Sala Neza se llenó con un minuto de aplausos y con ensordecedores goyas. RB
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