Rector de la UNAM pide reforma fiscal para mejorar presupuesto de la educación superior; ¿qué dijo Leonardo Lomelí?
El dirigente de la Universidad Nacional de México se pronunció sobre lo que considera son limitaciones de las instituciones de educación superior en el país
Leonardo Lomelí, rector de la UNAM
/Especial / befunky
Mejorar la inversión en la educación superior es un asunto pendiente que puede abordare con una reforma fiscal, aseguró Leonardo Lomelí, rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
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¿Qué dijo Leonardo Lomelí?
El representante de la llamada Máxima Casa de Estudios del país habló sobre las limitantes con las que actualmente cuentan las universidades para tener mejores resultados y proyección nacional e internacional.
Al respecto, indicó en entrevista concedida al periodista René Delgado que son restricciones presupuestales las que afectan a las universidades públicas y puso como ejemplo el caso de la UNAM, la cual en los últimos años salió del ranking de la QS World University sobre las 100 mejores universidades del mundo.
Leonardo Lomelí explicó que el posicionamiento en este tipo de clasificaciones internacionales se encuentra directamente relacionado con la disponibilidad de recursos para fortalecer la docencia, la investigación y la infraestructura universitaria.
De esta forma, añadió el rector, existe la necesidad de impulsar una reforma fiscal que permita incrementar la inversión en educación superior, ciencia y desarrollo tecnológico en el país. Con esto se podría revertir la reducción del gasto público en educación, aseveró.
Sin embargo, el dirigente universitario confió en que la UNAM pueda mejorar su ubicación en futuras ediciones, subrayó que ello depende del respaldo presupuestal que termine con la falta de inversión pública que, aseguró, ha reducido las posibilidades de las universidades mexicanas de consolidarse en el ámbito global.
“Creo que sí podemos aumentar de lugar, pero siempre y cuando tengamos recursos suficientes para apoyar las labores de la institución que se reflejan directamente en los rankings”, señaló.
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A partir de este diagnóstico, Leonardo Lomelí consideró que el país debe discutir, en el corto plazo, una reforma fiscal que permita fortalecer el financiamiento a la educación superior, ya que posponerla podría generar consecuencias difíciles de revertir.
El rector reconoció que la UNAM no ha enfrentado recortes tan severos como otras universidades públicas, pero enfatizó que el presupuesto actual resulta insuficiente frente a las demandas académicas, científicas y sociales que enfrentan las instituciones de educación superior.
En su análisis, recordó que el desarrollo económico y social de los países se ha sustentado históricamente en una fuerte apuesta por la educación, la investigación científica y el desarrollo de la tecnología y la cultura. “No hay un solo país, en los últimos 70 años, que se haya desarrollado y que no le haya apostado muy fuerte a la educación, a la ciencia y al desarrollo tecnológico y cultural”, afirmó.
¿Qué riesgos tiene el sistema educativo?
El dirigente universitario alertó que mantener la tendencia actual de financiamiento limitado pone en riesgo la calidad y el equilibrio del sistema de educación superior en el país. Reiteró que una inversión suficiente permitiría no solo mejorar la competitividad internacional de universidades como la UNAM, sino también fortalecer la formación de profesionales y la generación de conocimiento.
El planteamiento del rector se suma al debate sobre el futuro del financiamiento educativo en México, en un contexto marcado por ajustes presupuestales y crecientes exigencias académicas y sociales.
Lomelí propone ¿crear más universidades o mejorar las que hay?
Leonardo Lomelí también se refirió a la política de expansión del sistema de educación superior en México. Consideró que, antes de crear nuevas instituciones, resulta prioritario fortalecer y consolidar a las universidades ya existentes, ya que cuentan con mayores capacidades para crecer de manera ordenada y sostenida.
Advirtió que, de no ser así, el sistema podría fragmentarse aún más, generando diferencias significativas en la calidad educativa entre instituciones.
En este sentido, acotó que un crecimiento desarticulado podría derivar en un sistema más heterogéneo, con universidades que operen bajo condiciones muy desiguales en términos de infraestructura, recursos humanos y financiamiento.