Siete años pueden parecer poco o mucho, todo depende del cristal con que se mire. Por décadas México soportó gobiernos que debilitaron la fuerza del Estado, redujeron el acceso a los derechos sociales, toleraron y practicaron la corrupción, orquestaron fraudes electorales y comprometieron la soberanía nacional. Distintos analistas denominan a ese periodo de la historia reciente del país como “la época neoliberal”. En esos años muchos de los avances sociales fueron revertidos a través de reformas constitucionales de carácter anti-popular. Los neoliberales inventaron el nombre de “reformas estructurales” para enmascarar esos retrocesos.
El 1o. de julio de 2018 se abrió una nueva época para México. El triunfo electoral de la Coalición Juntos Hagamos Historia, integrada por el Partido del Trabajo (PT), MORENA y el desaparecido Partido Encuentro Social, y encabezada por Andrés Manuel López Obrador, estremeció al sistema político mexicano, y dio paso a grandes cambios para el país, gracias a reformas de gran calado, en lo social, lo económico, lo cultural, lo político y lo judicial.
La prioridad por los pobres se demostró con hechos, no con palabras. De acuerdo al Banco Mundial, entre el año 2018 y el 2024, una combinación de programas sociales y aumentos sostenidos al salario mínimo permitió que 9.5 millones de mexicanos salieran de la pobreza y elevaran su bienestar, liderando la reducción de la pobreza en toda América Latina.
El país experimentó una impresionante modernización de su infraestructura de comunicaciones y transporte. Se completó el Tren Maya y el Corredor Transístmico. Se construyó el Aeropuerto Internacional “Felipe Ángeles”, una espectacular obra de ingeniería civil y aeronáutica. En esa misma línea, inició operaciones el Aeropuerto Internacional “Felipe Carrillo Puerto” en Tulum. Otras importantes obras de infraestructura se terminaron en todo el territorio nacional, potenciando el desarrollo económico y social.
A pesar del COVID-19 y de un entorno global marcado por conflictos militares y geopolíticos, México mantuvo la ruta del crecimiento económico, atrayendo significativas inversiones extranjeras y manteniendo un ambiente favorable para las inversiones nacionales, públicas y privadas. Miles de nuevos de empleos se han creado a partir de ello. Al mismo tiempo, el Estado mexicano ha recuperado su rol en la economía nacional. Se frenaron los intentos de privatizar PEMEX y la CFE, y se dieron pasos firmes para fortalecer a éstas y a otras empresas públicas. En estos 7 años México avanzó en el objetivo de asegurar su soberanía energética. La construcción de la Refinería Dos Bocas en Tabasco marca un punto de inflexión en ese recorrido.
El combate a la corrupción se convirtió en uno de los ejes principales de la Cuarta Transformación. Se desmanteló el sistema de privilegios indebidos y toda clase de despilfarros de los altos funcionarios del Gobierno, poniendo en práctica el principio de que no puede haber gobierno rico con pueblo pobre. Se avanzó en el cobro de impuestos a grandes empresas defraudadoras del fisco. Resultado de ello, se han recuperado decenas de miles de millones de pesos, terminando con la impunidad fiscal.
Se fortaleció la seguridad con la creación de la Guardia Nacional, que sustituyó a una policía federal ineficaz, represiva y altamente corrupta. Muchos de los indicadores de seguridad han mejorado sensiblemente, incluyendo el índice de crímenes violentos.
A partir del mes de septiembre el pueblo mexicano contará con un nuevo Poder Judicial Federal, electo por la voluntad popular, que tendrá como reto fundamental devolver al pueblo la confianza en la justicia, por mucho tiempo secuestrada por los intereses de grupos económicos y políticos conservadores.
Podríamos continuar con la lista de transformaciones, mencionando por ejemplo que México no apoya guerras en el extranjero, y que promueve la paz y las soluciones dialogadas a los conflictos. También ha habido un renovado esfuerzo por apoyar a nuestras comunidades de migrantes en el exterior, que con justeza demandan que se respeten sus legítimos derechos.
Hace 7 años el pueblo de México otorgó un voto de confianza a los partidos políticos promotores de la 4T. En Junio del 2024 ese mismo pueblo se pronunció por profundizar los cambios. Como Partido del Trabajo nos sentimos orgullosos y satisfechos por la labor cumplida. Somos un factor esencial para garantizar la transformación del país, en un ambiente de unidad, diálogo constructivo y respeto mutuo con las fuerzas políticas aliadas. La experiencia de estos años nos enseña que, para generar y sostener los cambios, nos necesitamos todos.