El Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) publicó recientemente los resultados definitivos de los Censos Económicos 2024, donde se refleja la información más amplia sobre la estructura de la economía mexicana, tomando como base los datos obtenidos en 2023.
Este es el vigésimo Censo Económico de México realizado por el INEGI, cuyos datos resultan útiles no solo para los académicos, sino también —y principalmente— para los gobiernos en la toma de decisiones sobre política económica y social.
Los datos publicados este año son relevantes porque permiten hacer comparaciones con el último Censo de 2018, antes de la pandemia; y éste es el primero levantado en el periodo postpandemia.
Se trata de una cantidad inmensa de indicadores económicos con un alto nivel de detalle geográfico, sectorial y temático. A continuación, comentaré algunos de los que me parecen más importantes y que reflejan la realidad económica de nuestro país.
En primer lugar, está el tamaño de las llamadas unidades económicas, que se dividen en tres categorías según el número de personas que laboran en cada una de ellas. El total de unidades censadas es de 5,468,180, de las cuales las micro, con hasta 10 personas, representan el 95% del total; las pequeñas y medianas empresas (Pymes), con entre 11 y 250 personas, representan el 4.5%; y las grandes, con más de 250 personas, apenas constituyen el 0.2% del total.
Vale la pena aclarar, como señala el INEGI, que el ambulantaje —cuyas instalaciones no están ancladas o sujetas permanentemente al suelo— no fue censado debido a la movilidad que caracteriza a esta actividad, lo que podría generar duplicación en la información.
En materia de empleo, se registraron 27,965,433 personas ocupadas: las micro absorben el 41%, las Pymes el 30% y las grandes el 29%. Sin embargo, cuando observamos el valor agregado censal bruto, que sumó 15,698,352 millones de pesos, la situación cambia totalmente: las micro representan el 16%, las Pymes el 30% y las grandes concentran la mayor parte con el 54%.
Un dato que refleja claramente la estructura económica del país es la actividad principal de cada tipo de unidad económica. En las micro, dentro del sector manufacturero, destacan las tortillerías, con 107,397 unidades económicas y un valor agregado censal bruto de 32,200 millones de pesos, seguidas por las panaderías, con 62,632 unidades y un valor agregado de 18,169 millones de pesos.
En el caso de las Pymes, la principal actividad manufacturera es la elaboración de alimentos balanceados para animales, realizada en apenas 330 unidades económicas que generan un valor de 48,721 millones de pesos; es decir, esta producción equivale a lo generado por más de 170 mil unidades económicas del sector micro.
En cuanto a las grandes, la manufactura principal es la fabricación de automóviles y camionetas, donde tan solo 26 unidades económicas generan un valor agregado censal bruto de 684,167 millones de pesos.
Esto muestra que vivimos en un país muy desigual en términos económicos y que difícilmente podrá modificarse en poco tiempo, entre otras razones por la dispersión de la población, misma que se refleja en la enorme cantidad de tortillerías y panaderías existentes.
A ello se suma un posible problema mayor: la política del felón Donald Trump de recuperar para Estados Unidos la fabricación de automóviles y autopartes. El hecho de que únicamente 26 unidades económicas —en su mayoría extranjeras— generen semejante volumen de recursos mediante la exportación de vehículos y partes podría provocar desempleo masivo y la pérdida de cuantiosos ingresos para la población y el fisco.
La información que produce el INEGI es un recurso invaluable que debemos justipreciar y, sobre todo, aprovechar en la formulación de políticas públicas. Ojalá así sea.