Un tercio de México, arrasado por la sequía

28 de Abril de 2024

Un tercio de México, arrasado por la sequía

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Cambio climático amenaza a la población de por lo menos mil 223 municipios en 12 estados del país

franciscopazos@ejecentral.com.mx

Los efectos del calentamiento global y el cambio climático amenazan a la población de por lo menos mil 223 municipios en 12 estados del país.

Millones de mexicanos, así como su seguridad económica y alimentaria quedarían expuestas a sequías, inundaciones, heladas, tormentas, derrumbes, deforestación y pérdida de extensas áreas de cultivo si el planeta continúa calentándose.

Esto significaría que para el año 2099, hacia el final de este siglo, al menos la mitad de los municipios en los que se divide el país enfrentarían problemas por sequías prolongadas, inundaciones de sus ciudades y menos lluvia, estimaciones que ya forman parte de las proyecciones para el futuro cercano en México.

Los escenarios futuros son poco alentadores, tanto para México, responsable de 1.6% de los gases de efecto invernadero a nivel mundial, y para el resto del planeta. La temperatura global continúa rompiendo récords y gestando lentamente cambios medioambientales irreversibles en todos los continentes.

En mayo se observó la última evidencia. El clima que envuelve al planeta se caracterizó durante el quinto mes de 2017 por “condiciones más cálidas, mucho más cálidas que el promedio”, tanto en la superficie terrestre como en la oceánica, de acuerdo con el último Reporte Global del Clima publicado por la oficina de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos.

Con información recopilada entre enero y mayo, la NOAA elaboró mapas que muestran que durante los primeros cinco meses del año, ni un solo metro cuadrado de superficie continental o insular registró temperaturas frías, ni cercanas al promedio y mucho menos de los registros históricos.

La tierra no es la única que suda por el calor que acumula, los mares también muestran un alza en la temperatura de su superficie que en su conjunto, revelan que el planeta está hirviendo.

Sigue rompiendo récords

Los datos procesados por la NOAA mostraron que durante mayo, en términos generales, la temperatura del planeta fue 0.83 grados centígrados más elevada en comparación con el promedio histórico del siglo XX, calculado en 14.8 grados centígrados. Esto valió para que el quinto mes del año se ubicara como el tercer mes de mayo más caluroso en los últimos 138 años, desde que se llevan a cabo mediciones de temperatura a nivel global; tan sólo por detrás de los registros históricos de 2016 y 2015, primero y segundo sitio respectivamente.

Mayo también logró otra medalla que abona al cambio climático global, al haber sido el mes 389 en cifras consecutivas sobre registros térmicos globales por encima del promedio del siglo pasado. “Diciembre de 1984 fue la última vez que una temperatura mensual estuvo por debajo del promedio del siglo XX”, mes en el que la diferencia fue de -0.09 grados centígrados.

A pesar del dato, el análisis que el NOAA hizo también reveló que mayo pasado fue el mes con la mejor temperatura registrada desde diciembre de 2016, año que mes tras mes rompió con todos los registros históricos.

Los datos anuales no son mucho más alentadores. La NOAA reportó que en el acumulado de enero a mayo de este año, la temperatura promedio para la superficie terrestre y oceánica tuvo una diferencia de 0.92 grados centígrados más respecto al promedio de 13.1 grados centígrados del siglo XX. Esto posiciona a los primeros cinco meses del año como los segundos más calurosos de toda la historia, tan sólo por detrás de 2016.

El análisis de la oficina estadunidense aseguró que durante los primeros meses del año, el calor en la superficie terrestre fue más intenso, incluso con temperaturas récord en México y los alrededores de la región costera del Golfo de México.

Otras zonas en las que los termómetros también sufrieron alzas marcadas fue en Rusia, Madagascar, el suroeste del Océano Índico, Hawái y los alrededores del Pacífico, así como las regiones oeste tropical y sur de ese cuerpo de agua, y algunas áreas pequeñas al este del Océano Atlántico.

Aunque en menor medida, los registros sobre precipitaciones alrededor del mundo también mostraron anomalías durante mayo. Entre estas destacan temporadas particularmente secas en la parte oeste de Estados Unidos, en los países del norte y sur de América del Sur, lo mismo en África, Asia central, gran parte de Australia y pequeñas regiones en Europa.

Los primeros avisos del cambio

Los efectos del cambio climático a los que se relaciona el calentamiento de la Tierra continuarán dejando temperaturas récord en el territorio nacional. Mientras en las costas del Pacífico arranca la temporada de huracanes, en la franja norte del país se pronostican temperaturas que podrían superar 40 grados centígrados, de acuerdo con el Servicio Meteorológico Nacional.

Estos escenarios extremos podrían ser más frecuentes e incluso perpetuarse como condiciones “normales” si el aumento de la temperatura global no se controla en por lo menos dos grados centígrados, que es la meta fijada por Naciones Unidas, a cumplir hacia 2050.

De lo contrario, para ese año las condiciones no se han modificado, al menos 140 mil municipios ubicados en la franja de Tamaulipas, San Luis Potosí, Veracruz, Tabasco, Campeche, Chiapas, Yucatán y Quintana Roo; así como regiones en el sur de Chihuahua y de la Ciudad de México, habrán quedado expuestas a riesgos altos de padecer fenómenos extremos, problemas ambientales y cambios drásticos en las condiciones climatológicas actuales.

Otros 83 municipios, ubicados al sur de San Luis Potosí, norte de Puebla y Oaxaca, y en el sur de Chiapas, quedarán a merced de esos mismos riesgos, pero en un grado de exposición “muy alto”, de acuerdo con el Atlas de Vulnerabilidad y Adaptación a los Efectos del Cambio Climático en México que elaboró el Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en colaboración con la Conferencia Nacional de Gobernadores y la Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México (Sedema).

Aún bajo los escenarios más positivos, el consumo de energías fósiles y la deforestación de áreas verdes alrededor del planeta llevarán a que la temperatura del planeta se incremente entre 1.5 y 2.5 grados para 2050, con consecuencias en las regiones que no estén preparadas.

“México no está preparado para el peor de los escenarios y así muchos otros”, aseguró Ana Cecilia Conde, investigadora del CCA, especialista en impactos del cambio climático en territorio nacional.

Aunque los últimos efectos aún están bajo investigación, la especialista no duda en asegurar que el calor abrasará a los estados del norte, las lluvias disminuirán en todo el país con impactos en la agricultura nacional, principalmente en los estados pobres del sur y sureste.

Amenaza a sectores primarios

El documento elaborado por el CCA también hace una relación de la vulnerabilidad a la que están sujetos los estados y municipios del país frente a los efectos del cambio climático.

En total, el reporte detalla que el grueso de los municipios del país, mil 927 del total, se concentra en la clasificaciones de baja o media vulnerabilidad; sin embargo, hay otros 412 cuyas poblaciones son altamente sensibles a la exposición que el cambio climático provocaría y, por el contrario, muestran bajos niveles de adaptabilidad.

Un ejemplo de esto se ubica al norte del país, en el municipio de Batopilas, en Chihuahua, con 11 mil 289 habitantes, es el único que fue registrado con un alto grado de vulnerabilidad a los efectos del calentamiento global en esa región del territorio nacional.

En este municipio, el escenario pronostica que entre los años 2075 a 2099, la cantidad de lluvia que caerá será la mitad de lo que se precipita actualmente; mientras que la temperatura máxima en algunas regiones municipales será de más de 35 grados centígrados, de acuerdo a proyecciones consultadas en el Atlas Climático elaborado por el CCA.

En condiciones similares de vulnerabilidad están municipios localizados en la punta sureste de San Luis Potosí, el norte de Querétaro y Puebla, el sur de Guerrero, repartidos en prácticamente todas las regiones de Oaxaca, la mitad del territorio de Chiapas y zonas del norte de Tabasco y centro de Yucatán.

La condición de vulnerabilidad alta o muy alta se reflejará en cuatro sectores, de acuerdo con el análisis del CCA: dificultad para acceder a recursos hídricos, asociados con la falta de lluvia y el alza en las temperaturas, pérdida y modificación de más de 40% de la biodiversidad originaria, pérdida de hasta 40% de la aptitud de los terrenos agrícolas y reducciones de hasta 40% de la disponibilidad alimentaria para el ganado.

“México no está preparado para el peor de los escenarios y así muchos otros”, asegura Ana Cecilia Conde, investigadora del Centro de Ciencias de la Atmósfera y especialista en impactos del cambio climático

Los más pobres en riesgo

Oaxaca no sólo es el segundo estado con el mayor índice de pobreza de todo el país, también es la entidad que concentra el mayor número de municipios con un “muy alto” grado de vulnerabilidad a los efectos del calentamiento global.

En la entidad son 17 municipios que por la alta degradación de sus recursos, ya sea por tala ilegal, incendios, plagas, enfermedades, pérdida de biodiversidad o contaminación del agua, no están preparados para afrontar y adaptar a sus poblaciones a los efectos del cambio climático.

Como era de esperarse, es la población más pobre la que resulta más vulnerable a esos fenómenos; principalmente las madres solteras, los niños, la población en pobreza alimentaria y la que tiene dificultades para acceder a servicios de salud y de educación.

Las actividades agrícolas ocupan el primer sitio en la entidad, y también son las que más afectaciones tendrían si las condiciones climatológicas cambiaran drásticamente.

En Oaxaca, los municipios que presentan el mayor grado de riesgo son: Santa Lucía Miahuatlán, Santa María Temaxcaltepec, Coatecas Altas, San Andrés Zabache, Heroica Ciudad de Ejutla de Crespo, Asunción Ocotlán, San Miguel Mixtepec, Magdalena Mixtepec, San Juan Petlapa, San Melchor Betaza, Ayotzintepec, Magdalena Peñasco, San José Tenango, Huautepec, Santa María la Asunción, Pinotepa de Don Luis y San Miguel Santa Flor.

A Oaxaca le siguen Chiapas en la categoría de vulnerabilidad considerada como “muy alta”.

En esa entidad, calificada como la más pobre del país, existen 14 municipios con un grado de vulnerabilidad considerado de alto riesgo para la población y el entorno frente a los efectos que podría dejar el cambio climático.

De los 14 municipios, uno se ubica en la frontera con Guatemala, Maravilla de Tenejapa, y 13 están concentrados en el norte del estado: Chilón, Tumbalá, Sitalá, Pantelhó, San Juan Cancuc, Simojovel, Chalchihuitán, El Bosque, Larráinzar, Aldama, Chamula, Tenejapa y Zinaantán.

Los pobladores de estos municipios están expuestos a un estrés climático constante, principalmente derivado de las lluvias intensas e inundaciones; fenómenos que se agravan en el caso de hogares con jefas de familia, en comunidades indígenas y en la población con pobreza alimentaria, que en esa región toca a 74% de los habitantes.

El Atlas Climático añade a Huehuetán, Jitotol, Palenque, Tapalapa, Acapetahua, Chiapalilla; Fronter Comalapa, Ixtapangaioya, Montecristo de Guerrero y Mazatán como los municipios con el mayor riesgo de escasez de agua, además de pérdida de biodiversidad y de capacidad agrícola y ganadera, relacionadas con el cambio climático.

Escenarios 2075-2099

Las variaciones climatológicas mundiales asociadas al calentamiento global provocarán cambios irreversibles que afectarán la climatología en México, mismos que pondrán en jaque extensas zonas costeras y de producción agrícola del país.

Hacia el último cuarto de este siglo, los efectos más sensibles se mostrarán con una disparidad en la temperatura del Océano Pacífico, que será más caliente, en comparación con las aguas del Atlántico, lo que provocará un efecto de Niño Fuerte, dejando en el país menos lluvias durante el verano.

La Zona de Convergencia Tropical, que es la región en la que convergen los vientos alisios del norte y del sur, podría modificarse al sur, lo que podría incrementar las lluvias en otoño en los estados ubicados en la costa del Pacífico, de acuerdo con modelos realizados por el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC).

Los modelos pronosticaron que las variaciones atmosféricas provocarán escenarios con reducción de hasta 20% en la cantidad de lluvias en algunas regiones del país, principalmente durante el verano y el invierno; mientras que el otoño podría ser ligeramente más lluvioso.

Los efectos del fenómeno El Niño serían puntualmente sensibles en el noreste de Baja California, en donde las lluvias también serían intensas durante el invierno, en contraste con el resto del territorio nacional.

Estos escenarios tendrían un empuje más con un incremento de más de cuatro grados centígrados en la temperatura media nacional, principalmente durante los meses del verano, lo que además reforzaría la posibilidad de temporadas de largas sequías, explica el documento del INECC.

Finalmente, los modelos desarrollados con la evidencia actual mostraron la posibilidad de un ascenso en el nivel del mar de uno a dos metros, que afectaría las llanuras y pantanos en Tabasco, la costa baja de Quinta Roo, la costa de Yucatán y la llanura costera y deltas de Sonora y Sinaloa.

Además de Ciudad Madero y Tampico, en Tamaulipas, las llanuras de Magdalena y Guerrero Negro, ambos en Baja California Sur y el delta del río Colorado, de acuerdo con las proyecciones actualizadas sobre los efectos del calentamiento global en México.