Por lo general, nos preocupa saber qué debemos comer antes de hacer deporte para rendir mejor sin estar sobrecargados, pero tampoco sin la suficiente energía para poder entrenar de manera óptima. También existe un gran interés por saber qué debemos comer cuando salimos del gimnasio para sacar el máximo provecho a nuestro esfuerzo.
¿Qué es la ventana anabólica?
Cuando terminas un entrenamiento en el que tus músculos han trabajado, ya sea con pesas o con flexiones o sentadillas, debes ingerir alimentos que faciliten la reparación y remodelación de tus músculos.
Para muchos existe la llamada “ventana anabólica”, que se abre justo después del entrenamiento y que dura unos 30 minutos, tiempo que hay que saber aprovechar. Si durante este periodo posentrenamiento ingieres una cantidad adecuada de proteínas se reconstruye el tejido muscular y se restauran las reservas de energía.
Además, se supone el cuerpo utiliza esta proteína de manera compensatoria y mejora, tanto el rendimiento como la composición corporal. Por eso es posible que hayas visto más de una persona en tu gimnasio con un batido de proteínas después de acabar su entrenamiento.
La verdad sobre la ventana anabólica
Estudios recientes confirman que es cierto que el músculo es sensible a la ingesta de proteínas tras un entrenamiento de fuerza, pero que la ventana anabólica no es tan estrecha como se pensaba. Es más, puede durar incluso unas cinco horas después del ejercicio. La razón es que la clave no está en el tiempo que tardas en comer después de entrenar, sino cuándo comiste antes de hacerlo. Entre más cerca esté la comida del entrenamiento, mayor será la ventana anabólica posterior.
En un estudio reciente realizado en Estados Unidos se quiso probar la existencia de la ventana anabólica al investigar en qué varía la respuesta corporal a una dosis de proteína si se ingiere antes de entrenar o después. Los resultados fueron similares en ambos casos.
La ventana es mucho mayor de lo que parecía
Aunque pienses en ganar músculo para presumir tus brazos, glúteos, abdomen o piernas más definidos, no tienes que preocuparte por comer pechuga de pollo al salir del gimnasio.
La comida previa aumenta la síntesis de proteínas y dura más de lo que imaginamos. De hecho, puedes comer esa pechuga antes de entrenar, porque tu cuerpo la aprovechará igual, aunque también debes comer algo de fruta cuando termines, aunque puede ser que te apetezca mucho más para reponer tanto líquidos como el índice glucémico de tu organismo.
Hay expertos que incluso aseguran que la ventana anabólica puede permanecer abierta hasta 36 horas. Así que nuestra conclusión es que practiques ejercicio y comas de manera saludable, pues tu cuerpo sabrá aprovechar bien los nutrientes que le ofrezcas en cada momento.