Miccahuitontli y Huey Miccahuitl: las fiestas mexicas que dieron origen al Día de Muertos
En el México prehispánico ya existían dos grandes festividades dedicadas a los muertos, y fueron esas celebraciones las que marcaron la división que hoy conocemos.
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/Foto: @ClaraBrugadaM
Cada año, millones de mexicanos preparan altares, flores y pan de muerto para recibir a sus seres queridos en el Día de Muertos. La tradición popular dicta que el 1 de noviembre llegan las almas de los niños difuntos, mientras que el 2 de noviembre es el turno de los adultos. Pero, ¿sabías que esta creencia no tiene un origen religioso cristiano, sino que viene de una antigua costumbre mexica?
En realidad, el 1 de noviembre es el Día de Todos los Santos y el 2 de noviembre el Día de los Fieles Difuntos, según el calendario católico. Sin embargo, en el México prehispánico ya existían dos grandes festividades dedicadas a los muertos, y fueron esas celebraciones las que marcaron la división que hoy conocemos.
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Miccahuitontli: la “pequeña fiesta de muertos”
Entre los mexicas, la primera festividad relacionada con los muertos se conocía como Miccahuitontli, que significa “la fiesta de los muertecitos” o “la pequeña fiesta de muertos”. Esta ceremonia se realizaba durante la veintena de Tlaxochimaco, traducida como “se reparten flores”, una época en la que los templos se adornaban con flores y se realizaban danzas rituales en honor a los dioses Tezcatlipoca, Huitzilopochtli y Mictlantecuhtli, señor del inframundo.
Durante Miccahuitontli, los mexicas cortaban un gran árbol que era limpiado y llevado hasta Tenochtitlan para colocarlo en el recinto ceremonial. Allí, guerreros y prostitutas participaban en danzas que simbolizaban la dualidad entre la vida y la muerte, así como la renovación de los ciclos.
El cronista Fray Diego Durán describió esta celebración como una fiesta dedicada a los “niños inocentes muertos”, afirmando que el diminutivo “tontli” del nombre indicaba precisamente que estaba dedicada a los “muertecitos”, los pequeños que habían fallecido sin pecado.
“Llamaban a la dicha fiesta... Miccailhuitontli, el cual vocablo es diminutivo y quiere decir fiesta de los muertecitos, y a lo que de ella entendí... fue ser fiesta de niños inocentes muertos”, escribió Durán en el siglo XVI.
Así, esta “pequeña fiesta de muertos” pudo ser el antecedente directo de la costumbre actual que asocia el 1 de noviembre con la visita de las almas de los niños.
Huey Miccahuitl: la “gran fiesta de los muertos”
En este contexto el Día de Muertos, la segunda festividad mexica era la Huey Miccahuitl, traducida como “la gran fiesta de muertos” o “la fiesta de los muertos grandes”. Se celebraba durante la veintena de Xocotl Huetzi, que significa “cae el fruto”, una referencia al fin del ciclo agrícola y a la cosecha.
Esta celebración estaba dedicada a los dioses Xiuhtecuhtli (el fuego), Yacatecuhtli (protector de los viajeros y comerciantes) y nuevamente Mictlantecuhtli. En ella, los guerreros realizaban un ritual de ascenso: intentaban alcanzar la figura de un ave colocada en la cima del tronco traído previamente, un símbolo de la conexión entre el mundo de los vivos y los muertos.
La Huey Miccahuitl era considerada una ceremonia de gran importancia, en la que se recordaba a los hombres que habían muerto en batalla y a los grandes señores de la guerra, quienes, según la creencia mexica, iban al Tonatiuh Ichan, el “paraíso del Sol”.
Por eso, muchos historiadores piensan que esta gran festividad dio origen a la creencia de que el 2 de noviembre corresponde a los adultos difuntos, o a las almas de mayor jerarquía espiritual.
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Principales diferencias entre las fiestas mexicas y las actuales del Día de Muertos.
Aunque el Día de Muertos actual mezcla elementos católicos y prehispánicos, hay diferencias clave que muestran cómo evolucionó la tradición:
- Fechas:
- Miccahuitontli y Huey Miccahuitl se celebraban en distintas veintenas del calendario mexica, mientras que el Día de Muertos actual coincide con las fechas católicas del 1 y 2 de noviembre.
- Sentido ritual:
- En la tradición mexica, las fiestas se relacionaban con el ciclo agrícola y con el paso de los guerreros al más allá; en la actualidad, la celebración es un acto familiar y espiritual para honrar a los difuntos.
- Deidades:
- Los antiguos mexicas rendían culto a Mictlantecuhtli, señor del inframundo, y a otras deidades asociadas con la muerte; hoy, las ofrendas se dirigen a los seres queridos y están impregnadas de símbolos católicos.
- Ritos:
- Las danzas, sacrificios y ofrendas públicas fueron sustituidos por altares, flores, pan de muerto y veladoras, que representan una forma simbólica de mantener viva la memoria.
- Visión del más allá:
- En la cosmovisión mexica, el destino de las almas dependía de cómo moría una persona, no de su conducta en vida; en la tradición cristiana, se asocia al cielo, purgatorio o infierno.
La división del Día de Muertos en dos fechas —una para niños y otra para adultos— no es casualidad. Proviene de una fusión entre las fiestas mexicas Miccahuitontli y Huey Miccahuitl con el calendario católico, un ejemplo de cómo las culturas se mezclaron tras la llegada de los españoles.
Hoy, esa herencia sigue viva en cada altar, flor de cempasúchil y vela encendida. Aunque quizá ya no recordemos a Tezcatlipoca ni a Mictlantecuhtli, seguimos celebrando la vida y la muerte tal como lo hacían nuestros antepasados: con respeto, color y memoria. DJ
Con información de Enrique Ortiz, @Cuauhtemoc_1521.
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