- Si bien las exportaciones han librado hasta el momento el efecto de los aranceles, pronto la situación podría cambiar drásticamente, pues las empresas tienen cada vez mayores dificultades para absorber el incremento neto en el precio de las mercancías causados por esos impuestos. Pero la pausa arancelaria no es más que la calma que precede a la tempestad. Advertidos están todos los jugadores, la renegociación, mucho más que una mera revisión, será muy difícil. Ya lo anticipó Robert Lightlizer, ex asesor de la anterior negociación, y lo ha confirmado Jamieson Greer, el actual representante comercial, que las negociaciones serán complejas y complicadas, con un carácter bilateral y no trilateral como México y Canadá estarían buscando, por lo que el acuerdo trilateral podría dejar de existir según dijo el tío Trump, dando lugar a sendos acuerdos bilaterales entre los tres países (es decir, cada país con los Estados Unidos y otro entre México y Canadá: tres tratados comerciales) a menos que entre mandatarios se acuerde lo contrario.
- Lo que se está planteando es el fin del libre comercio con cero aranceles, para dar paso a una etapa de comercio controlado con aranceles específicos a las circunstancias de cada país, en el que China quede fuera de cualquier terciarización o entrada por la puerta trasera. Los Estados Unidos buscarán, además, eliminar otras barreras no arancelarias que, dice, le significan competencia desleal, tales como las disposiciones monopólicas en electricidad y petróleo, la prohibición del fracking, agroquímicos y agroproductos sin bases científicas; el respeto a la propiedad intelectual; la resolución de controversias en tribunales estadounidenses; las reglas de origen cada vez más cercanas al 100%; las regulaciones en cárnicos y productos agropecuarios desde el punto o región de producción hasta el mercado estadounidense controlables por el Departamento de Agricultura y desde luego, de subsistir, recortar la vigencia del propio acuerdo comercial, revisable quizá cada tres años.
- Existe, según Jamieson Greer, incumplimiento de México con el actual acuerdo trilateral en todo lo mencionado anteriormente, lo que deberá subsanarse si se quiere lograr un nuevo acuerdo. Lo principal está ante los Estados Unidos. El 29 ó 30 de octubre concluye la segunda pausa de tres meses otorgada por el Tío Trump para la imposición unilateral de aranceles hasta del 30%, según dijo entonces, tras lo cual es de esperar que escalen las negociaciones para la revisión del USMCA, TMEC para nosotros.
- México ha cumplido, y en exceso, con las exigencias estadounidenses vinculadas a un enfoque ampliado de la relación bilateral que vincula todo entre sí. En materia migratoria, la afluencia se ha reducido a prácticamente cero, ya no hay arribazones de migrantes ni prácticamente capturas intentando el cruce, con lo que el tío Trump puede cantar éxito al respecto. En lo que se refiere al combate al fentanilo y al lavado de dinero, también ha habido una reducción considerable de narcolaboratorios en nuestro país, así como las sanciones a Vector, Cibanco e Intercam han puesto límites al lavado de dinero y operaciones financieras asociadas al narco. En materia comercial, no obstante la aranceliza, nuestro país no ha dispuesto arancel alguno para Estados Unidos, imponiéndolos más bien a China, lo que le alinea en la guerra comercial.
- En este año de incertidumbre, el país ha asimilado las presiones. Ello es lo que permite presumir el crecimiento esperado del 1%, el “se los dije” con el que se atiza a quienes anticipaban hasta una recesión, pero no resulta suficiente para seguir resistiendo los choques externos si se compara con el negro periodo neoliberal, es decir la etapa anterior, cuando el crecimiento del país promediaba 3%, en tanto que en el sexenio previo fue de 0.8%, con lo que, de lograrse, el 1% habrá de superar sólo el periodo inmediato anterior. Pero la suerte está echada y depende de lo que decidan en la casa del tío Trump.
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